Y como siempre, de mentiras va la cosa. De mentiras y recuerdos.
Hace mucho que pienso que los recuerdos son como recortes que vamos guardando en una caja. Es curiosa la manera en que vemos y recordamos ciertos acontecimientos. Quedan congelados y eternos como fotos o videos de 10 segundos de mi móvil. Y creo que en esas imágenes perfectas y fugaces está todo su encanto. Porque esos alientos no son más grandes que una foto escondida en una caja de zapatos con otros miles de ellas.
A veces cuando escribes o cuando traduces y estás contento con el resultado es porque consigues crear ese mismo efecto con una canción o una poesía. Son pequeñitas, cuentan un momento, un instante, una mentira. Y nada más. Y cuando consigues pintarlas del color de los recuerdos y convertirlas en recortes de mentira para la caja... Te da la impresión de que has hecho algo bueno.
Lo más gracioso es que ahí se juntan los recortes. Los que son de verdad y sucedieron. Y los que no pasaron jamás pero están pintados con los mismos colores. La única diferencia es un matiz milimetrico del anverso al reverso de un espejo.
Mis suspiros
En silencio
Van desapareciendo con las olas
Mis suspiros y tus suspiros
Amontonados como hojas secas.
Aunque vuelva a nacer mil veces
Quiero seguir ahogándome
Por quererte como aquel día
Con tu cara empapada
Bajo la lluvia de septiembre
Mi cuerpo al abrazarte ¿lo recuerdas?
Hojas de otoño
Cielo de otoño
Camino carmesí de otoño
Camino solo por el firmamento.
Iluminada por la luz de la tragedia y la comedia
... una historia de amor como otra cualquiera
Iluminada por la luz de la tragedia y la comedia
... la continuación del sueño de ayer
Cuando las hojas que cubren el suelo
Se llenen de escarcha
En ese momento, amor mío
Te diré adiós para siempre