Otro día peligroso.
Cuanto más pienso, más saturan las ideas mi demente cabecita. Y nada de ello tiene mayor sentido. Demasidas limpiezas y demasiadas cosas por poner en orden. Consigo condensarlo. Un momento en cien palabras. Más o menos.
Y entonces me doy cuenta de que no hay nadie para verlo. Nadie que pueda leerlo y verme, sólo verlo. Es extraño... Es lo que enseñaría a la gente que quisiera que me viera. Aun sabiendo que si viérenlo, se cerrarían las puertas.
Sí, otro día peligroso.
Nadie nos oirá cuando gritemos
Engastados como estamos en un reducto de niebla.
Tal vez a través del balcón
Tal vez sea la ventana
O el espejo que hay anclado
Al fondo de la habitación.
Bailando sobre tacones
Midiéndolos, dieciséis
A altas horas de la noche.
No es la ventana, no es al balcón
Y ni siquiera el espejo al fondo de la habitación.
Zapatillas saturninas
Y delirios saturnales
Ébano y alabastro
En el rincón.
Cuatro flores desfloradas
En un salón irrumpido
Bacantes despedazadas
Sobre el mueble de la sala.
Imágenes meridianas...
Entre volantes y encaje
En otra noche de insomnio.
Día Veneris, noche Saturnis.
Horas en blanco.
Cuanto más pienso, más saturan las ideas mi demente cabecita. Y nada de ello tiene mayor sentido. Demasidas limpiezas y demasiadas cosas por poner en orden. Consigo condensarlo. Un momento en cien palabras. Más o menos.
Y entonces me doy cuenta de que no hay nadie para verlo. Nadie que pueda leerlo y verme, sólo verlo. Es extraño... Es lo que enseñaría a la gente que quisiera que me viera. Aun sabiendo que si viérenlo, se cerrarían las puertas.
Sí, otro día peligroso.
Nadie nos oirá cuando gritemos
Engastados como estamos en un reducto de niebla.
Tal vez a través del balcón
Tal vez sea la ventana
O el espejo que hay anclado
Al fondo de la habitación.
Bailando sobre tacones
Midiéndolos, dieciséis
A altas horas de la noche.
No es la ventana, no es al balcón
Y ni siquiera el espejo al fondo de la habitación.
Zapatillas saturninas
Y delirios saturnales
Ébano y alabastro
En el rincón.
Cuatro flores desfloradas
En un salón irrumpido
Bacantes despedazadas
Sobre el mueble de la sala.
Imágenes meridianas...
Entre volantes y encaje
En otra noche de insomnio.
Día Veneris, noche Saturnis.
Horas en blanco.