lunes, 18 de febrero de 2008

Emparedamiento

Ella está aquí.
Ella despierta.
Ella llama a la puerta de todo lo que aspira aire.

Aunque tus manos embarradas.
Aunque tus labios de tierra.
Retozar entre el cemento.
No puedo, no puedo.
La ciudad llama.
La niebla acecha.
Entre mis rizos de serpiente y profetisa.

La niebla acecha
Desde ultramar.
Impreganada otra vez de tus vocales
Soy cristal y soy veneno.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

qué apasionadas tus palabras en mis entretextos (seguro que lo eres en la vida, se vive como se lee, se escribe)... Qué feliz encontrarte en este universo... y ser al menos por unos minutos cada día tu veneno, tu elixir, tu jarabe con sabor a violeta... (¿Por cierto, te gusta el Campari con naranja? Hoy debería tomarme uno para poner sol a este puñetero día gris y lluviosos en la isla)... besos envenenados... pau

Anónimo dijo...

Una palabra encadena a otra y la otra a otra... ¿Qué enlazan?

Anónimo dijo...

escribe piu...please...kisses... mon petit oiseau... (hoy parezco el amante trilingüe)... jajajaja... pau

Anónimo dijo...

mola!

Anónimo dijo...

1.- Hay venenos que dan la vida, generalmente los que vienen de fuera. Y otros que te la quitan, que produce el alma maldita al no digerir como es debido excesivas dosis de realidad.

No soy tan apasionada, es sólo que en ocasiones mis palabras resultan inflamadas. Cuando no duermo. Cuando no como. Cuando los días me arrastran entre bandazos.

2.- Sólo nubes, sólo niebla. Tampoco podemos aferrarnos a nada más tangible que eso.

3.-Sí... Hoy han llegado las palabras. A falta de amantes reales... Bienhallado seas entre mis líneas XD

4.- ¡Gracias!

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