viernes, 29 de agosto de 2008

Hoy ha sido otro de esos días simplemente mortales que me hacen llegar a la madrugada como la sombra de lo que fui en mi juventud. Ah... ¿Dónde está mi mar de oro?

Nah, qué va. Sigo siendo joven, por eso aguanto. Me acuesto a las cuatro, me levanto a las nueve, hago mi trabajo de terminología, voy al trabajo, vuelvo a casa, sigo con terminología, me acuesto a las cuatro otra vez. ¿Cuándo como? En la calle, de camino al metro y a la vuelta del curro, evidentemente. Y otro día más que pasa así...

Hace unos días llamé a mi madre entre llantos de magdalena (plañidera: mi vocación frustrada), preguntándole a la sabiduría de los años-diablo a ver si el resto de mi vida iba a ser así, a ver dónde estaban las recompensas. Y entonces mi madre me dijo algunas de las palabras más sabias que ha pronunciado en su vida: "Ponte a la cola, bonita, que tengo 52 años y sigo esperando". Desde entonces me quejo de otras cosas, pero ya no de esto. Simplemente, me da rabia sacrificar mi juventud así... Ya he tirado demasiados años de mi vida por la borda con otras cosas que me siguen tocando las narices. Pero ésa es otra historia. De hecho, no sé cómo me he puesto a hablar de ello.

¡Yo quería hablar de la sociedad de consumo y de la alienación cultural!

A estas alturas, por aquí todo el mundo debe de saber que miento más que hablo. Me enseñaron a los 15 y desde entonces lo he necesitado para camuflar la realidad y pintar un poco por encima de ella. Veo-analizo-transmuto. Y algunas veces la ficción contamina el mundo, por regla de Wilde, y cosas extrañas empiezan a pasar: para bien o para mal. Es simplemente un sistema que a mí me funciona.

Digamos que estoy despierta y decido soñar.

Sin embargo, la sociedad en sí nos incita a dormir y no pensar. Hace un par de semanas estaba echando un café el domingo por la tarde con una amiga y nos pusimos a hablar una vez más de la muerte de las humanidades y la sociedad: ética, religión, filosofía, arte, historia. Casi nadie piensa ya hacia dentro. Vivimos en una inmensa máquina industrial, en una cadena de montaje que nos lleva de A a B a C a D, sin ni siquiera tiempo para parar el mundo, sentados en un banco viendo la gente pasar.

Y cuanto paramos... para asegurarse de que no empezamos a pensar, nos venden el ocio en paquetes. La televisión no sólo nos enseña lo que deseamos, sino también lo que queremos ser. ¿Y el raciocinio? ¿Y la opinión? ¿Y la variedad? ¿Y la capacidad de elección? ¡Ahí va, oígo el sonido de la cisterna del retrete! Si es que imagino a la sociedad como a un banco inmenso de peces que se ve arrastrado por un remolino del que no pueden huir. Frenética cotidianidad urbanita, que no nos da tiempo ni para reaccionar. Qué fácil es perderse en ella...

El último ejemplo de esto lo tuve hace unos días en el súper. Estaba haciendo la compra con la cesta naranja del Consum y fui a comprar queso para untar. Y veo:

a) Queso a las finas hierbas. Pienso: "Hala, qué buenito"
b) Queso bajo en calorías. Pienso: "Reina, tú tienes que entrar en un corsé."

Así que decidí comprar el bajo en calorías, pero por hacer la coña decidí mirar la tablita con la información nutricional. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que la diferencia entre un 100 gramos de un producto al otro es de 20 calorías... ¡20! ¿¡Y a eso lo llaman bajo en calorías!?

Así que pienso... "Bah, la diferencia entonces estará en la cantidad de grasa". ¡Efectivamente, ahí estaba! Como que el queso a las finas hierbas tenía menos grasas por 100 gramos que el bajo en calorías.

Puede que sea la mayor estupidez del mundo. Sí, seguramente lo sea. Pero a mí me impactó porque me habían intentado engañar. Una cosa es mentir para camuflar la realidad y verla de otro modo en tu día a día. El otro es este tipo de obtusa alienación donde nos obligan a hacer lo que otros quieren a no ser que te pares y pienses: "A ver". Me hizo ratificarme en mi decisión: odio el mundo. Y me da pánico pensar en qué otras muchas cosas nos la están colando.

Bueno, y qué comentar esto de aquí. Aunque ésta no la vi yo, sino un amigo con el que salí ese día. ¡La mano de la foto es mía! La misma que ahora mismito está tecleando medio dormida.



Y con esto y un bizcocho, yo me voy a dormir. ¡Felicidades a quien haya llegado hasta aquí! A ver si vuelvo a mis posts de simbología o a hablar de algo en concreto, que llevo una temporada de divagaciones, que no sé cómo todavía me leéis :S

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Para cambiar la sociedad de consumo deberíamos cambiar nuestros hábitos, pero el ciudadano sólo habla mientras mantiene los pies en el cemento; todos los argumentos del ciudadano, consciente o inconscientemente, están dirigidos a mantener la civilación moderna.

Como escribí hace no demasiado en mi blog: en la rutina autocomplacencia nos hallamos, ¡y qué cómodo se está en ella como para cambiar nada...!

Pero, ¿y qué hay de cambiarnos a nosotros mismos? No vas a cambiar la Historia, pero sí puedes hacer que tu vida sea más parecida a como tú quieras.

Anónimo dijo...

Chico, qué velocidad O_O. Teniendo en cuenta lo que se debe de tardar en leer la entrada... ¿Estabas esperando? Jajajaja.

La verdad es que aprecio mucho tus palabras. Lo mío son las paranoias, no la crítica social, así que me fío más de las opiniones de otros.

Y tienes toda la razón... creo que la cuestión es cambiarse a uno mismo. Querer modificar la sociedad sería demasiado mesiánico. Simplemente abre un poco los ojos y salte tú de la dinámica para dejar de arrastrarte detrás de esa rutina de autocomplacencia, como lo has bautizado.

Sea como sea... Aunque para eso tengas que crearte una ficción alternativa, como aquí una servidora porque si no es como si sólo hubiera un vacío. Si reniegas de esa "imagen social" y esas "dinámicas sociales" que ves, algo tiene que haber para suplirlo. Creo que me da demasiado terror el vacío... Hmmm...

O lo que es mejor, aprovecha esa misma sociedad de consumo, para extraer lo que te hace feliz o te puede venir bien y pasar del resto.

Anónimo dijo...

Ayer leí en un periódico online sobre un tipo acostumbrado a trabajar como guardaespaldas y portero de discotecas que, habiendo estado unos pocos años practicando algún arte marcial, se fue a tailandia y vive en un cuartucho con lo poco que gana en un ring.
Su vida diaria consta de leer filosofía, hacer ejercicio a diario y mejorar su arte de combate aprendiendo de los mismos a los que enseña.
Y decía dormir mucho mejor que en Barcelona o Madrid.

¿Vacío? hay muchas formas de ser... y no todas van de hacerte una cresta e irte a una casa okupa, ser misionero en un país africano o dar la vuelta al mundo en ochenta días. Tampoco tienes que ser una terrorista poética. Puedes comenzar por mirar tu rutina diaria, el resto es cosa tuya.

Anónimo dijo...

Supongo que sí... que a la larga la cuestión es encontrar ese camino válido para ti. Lo que a ti te sirva para estar despierto y, paradójicamente, dormir mejor por las noches. Tal vez el hecho de que nos hayan marcado tanto un camino pautado es lo que emborrona y nos hace un poco más difícil ver los alternativos.

Soy demasiado egoísta para tratar de encontrar mi propia "salvación" en movimientos sociales, políticos o en el simple hecho de salvar a otro. Sinceramente, antes tengo que aprender a vivir en esta carcasa conmigo misma. A ver si hoy el día sale bien ^^

Anónimo dijo...

Se agradece mucho poder leer conversaciones de esta índole y tan bien expresado.

Cierto es que para cambiar la sociedad primero ha de cambiar uno mismo, pero si lo hacen sólo unos pocos no surge efecto alguno.
El mundo es una libreta donde vamos dibujando. Cuando nos equivocamos, borramos el error y lo corregimos. Pero llega un momento en que la hoja se ha deteriorado de tanto borrar, entonces lo único que queda es arrancarla y volver a empezar.

Anónimo dijo...

Yo no pretendo salvar el mundo ni incluirme en ningún movimiento, sólo vivir contento. Y que cada cual luche contra su despertador particular... No sé si es desencanto o egoísmo, pero lo cierto es que me alegro de estar en mi pompa de jabón sobre una nube.

Anónimo dijo...

Juas, clavadme las agujas de vudú con piedad al menos...

Sobre el consumismo y la vida modesna... pues hay que tener en cuenta que a dia de hoy la economía de nuestra sociedad depende de "los caprichos". Con sus necesidades alimenticias, medicinales e industriales cubiertas creo que sobre la mitad de la población vive o trabaja de venderle "caprichos" a sus semejantes. Que seguramente este "mundo" necesite reforma, pero a día de hoy los músculos de su corazón funcionan con la compraventa de caprichos...

Sobre "la muerte de las humanidades" ¿¿mande?? en el "mundo occidental" en 2008?? desde cuando??
Es cierto que las nuevas generaciones (<20) están muy aborregadas, pero sus carencias no se centran en exclusiva sobre las humanidades, sino sobre toda materia del saber. Lo que si veo es la muerte del esfuerzo en los jóvenes (yo el primero), en cualquier campo, y eso si es una pena...

Y volviendo a las humanidades, ¿humanidades en peligro? que yo sepa occidente a día de hoy valora las "sensaciones", el "vive, siente", el "arte" y los "sueños" por encima de cualquier cosa.
Coge a cualquier grupo de amigos de cualquier edad en el abanico 16-30 años. Preguntales que valoran más, quien será mas popular (dos casos con igual mérito he querido poner que conste, e igual de loables), a una muchacha del grupo que escribe sus poemas en su diario o que tiene libros de arte del renacimiento y que le apasiona, o a otra chica pierda sus ratos libres con su microscopio o viendo las imágenes del Sloan Digital Sky Survey...

Creo que el analfabetismo imperante cae por el otro extremo, seguro que la mitad de la población te puede decir en que época historica situar a Boticelli o a Séneca, pero pregúntales algo tan elemental como enumerar las bandas del espectro de la luz...
Japón es la primera presa de ello, dicen, quizas primera víctima del "mundo de los caprichos". La población de estudiantes de carreras científicas y técnicas ha caído alarmentemente hasta tal punto de a no muy largo plazo tener que importar mano de obra cualificada para que de soporte a la otrora industria orgullo de Japón...
Es un desdén generalizado hacia lo que permitió llegar a una época en que un joven puede elegir casi con total libertad qué quiere ser de mayor.
"Siente, vive, emociónate" tiene mejor prensa que "Conoce", quizás sea eso.. lo mismo el equivocado soy yo.

Siguiendo con las humanidades (historia, arte , etc) creo que la proporcion de eruditos en la materia de nuestro tiempo supera con creces a la de épocas anteriores, pero teneis que comprender que toda sociedad sólo puede sustentar a número limitado de ellos (por necesario que sea su trabajo investigando y preservando ese saber), así que si hay muchos licenciados... serán carne de paro, como en cualquier otra actividad. Eso no significa que su campo se encuentre en peligro, o al menos yo no lo veo así...

Sobre la religión, puede tener sus días contados, cuando se descubran los mecanismos que rigen la conciencia y el pseudolibre albedrío y algún otro interrogante no será necesaria para dar explicación a lo que ya la tiene... aunque siempre habrá muchos que elijan la Ilusión, "las mentiras" como dice nuestra anfitriona por que les resulten más cómodas...

Sobre lo de dejarlo todo ye irse a vivir una vida sencilla se me viene a la mente "Into the Wild" (http://www.imdb.com/title/tt0758758/), no os voy a hacer spoilers, pero roconozco jeje que mis amigos y yo nos hemos reido y mucho del chaval protagonista y su ansias de "autenticidad", de "sentir" y de "ser libre".

Anónimo dijo...

No creo que la sociedad del consumo nos esté perdiendo.. sino que es como somos.

Ni más, ni menos; el ansia por lo nuevo, lo que está más allá, es algo que tira mucho y que, por supuesto, nos aprovechamos de ello para ganar a nuestros semejantes.

¿Por qué nos gusta intentar impresionar a los demás? Pues porque así les decimos, mirar, mi personilla es la mar de maja, así que "consumirme"

Anónimo dijo...

drizzt, algunos mencionamos la palabra 'peligro' para hablar de la malversación de las materias tradicionalmente conocidas como humanas, así como su estancamiento (sinceramente creo que en estos momentos se han puesto de moda algunos clichés referentes a la filosofía, la historia o el arte... pero nada que ver con su contenido, aplicación o sus valores reales) También a la pérdida de ciertos valores, símbolos del subconsciente colectivo, lenguajes, inclinaciones que la sociedad contemporánea ha echado por la borda, un completo abandono por la tradicionalidad que hasta hace un siglo nos ha sustentado y que, si acabamos de perder, nos lanzará a la deriva de la deshumanización y nos volverá permeables a muchos errores ya cometidos.
Por último, llamamos 'peligro' a lo que intentó hacer el PP hace apenas unas legislaturas... retirar nuestras carreras de las universidades. Censurar nuestra forma de conocimiento. Dios sabrá por qué.
Yo soy historiadora del arte... algo que he convertido en mi forma de ver, de contemplar, de comprender el mundo, y soy un bicho raro más, créeme. Nadie enfatiza contigo sólo por haberse leído el Código da Vinci -.-
Pero me ha parecido muy interesante lo que has expuesto.


Yo sólo quería decir que... si todo el mundo se parara a pensar un poco más no haría falta cambiar nada. No me llevo bien con los clichés post-revolucionarios... el hombre no hace a la historia, la historia hace al hombre, aunque hoy en día eso no vende...


"No creo que la sociedad del consumo nos esté perdiendo.. sino que es como somos"
- He ahí la gran verdad del asunto.

Anónimo dijo...

Jué. Me levanto y veo esto... La lástima es que no podeamos estar todos en una terracita nocturna haciendo esto mismo. Pero bueno, viva los milagros de la era digital.

Yo estoy con Irénicus en lo de negarme a cambiar la sociedad. Lo mío es egoísmo puro y duro, lo reconozco. Simplemente encuentro los mecanismos y posibilidades para escaparme del funcionamiento de las cosas y me niego a participar en esos mismos engranajes. Aunque yo me salga de la manada, eso no cambiará nada... Pero francamente, me da igual. Prefiero la realidad alternativa de mi pompa de jabón y la sensación de alejamiento de la realidad que pueda generar en cualquiera que la mire y vea algo.

Respecto a los caprichos y la sociedad de consumo... Pues mira, no estoy en contra tampoco. Pero hay una diferencia entre el consumo y el placer. A ver, aquí soy la primera que se gasta 135 euros + gastos de envío en un vestido y no lo llamo consumismo. La dosis de placer que me aporta es infinitamente mayor de lo que el consumo implicaría. En mi opinión, una de los mayores peligros de nuestro día a día es que: te obliguen a consumir mostrándote lo que quieres y lo que deseas ser. Te lo dan todo prefabricado, anulan tu capacidad de decisión o de creación de alternativas. Y simplemente consumes, consumes, consumes como vacas en un matadero. Es imposible escapar de los engranajes? Pues sí. Pero también es cierto que puedes aprovechar y barrer para casa... ¿Sigues en el consumo? Pues claro. Pero siendo más consciente lo disfrutas, no lo consumes. No sé si me explico... ¿Aunque quién decide en qué punto somos realmente conscientes y pensamos por nosotros mismos?

En cuanto al tema de las humanidades, coincido con la señorita ignorada, mi gatita. Las humanidades están en estancamiento. La gente puede "saber" (=repetir lo que han aprendido), pero nada se genera. El arte por el arte se ha perdido, el pensar por el pensar, el componer por el componer. El cine se ha convertido o en simples superventas o en pseudo-intelecualismo (o sin el pseudo). ¿Pero y el arte? Actualmente son muy pocos los movimientos que de verdad "generen" algo. Minimalistas y en escenas muy, pero que muy underground. Cuando un ambito se convierte exclusivamente en "saber" en lugar de "generar", los que hablan de ello comienzan a parecer loritos. Y sucede un poco... como con el movimiento lolita. Todo el mundo repite los clichés aprendidos, porque la gente ha perdido su capacidad de pensar y generar por sí mismos. Así las cosas se estancan, el espíritu muere y sólo queda lo que dicen unos libros o pseudo sabios.

La frase la pidaria en mi opinión, y como siempre, se la lleva el señorito Blackhole (¡gallifante!). Y nunca lo había pensado así... (Por cierto, ¿sabía usted que ha sonado igual que el manga de Maiwai?). Pero es toda la razón... Nos llenamos de consumo para que nos consuman a nosotros.

Aaaaaaah, qué ganas de gritar. ¿Tan difícil es centrarse en uno mismo y encontrar tu vía en lugar de seguir el patrón marcado? A veces creo que aunque crees que te sales de la corriente, caes en otra similar sin ni siquiera darte cuenta. ¡Soy diferente, soy XXXX (insertar movimiento)! Pero eres absolutamente igual que todos los XXXXX con sus clichés e inclinaciones y tópicos y en lugar de pensar por ti mismo, lanzas por la borda la corriente principal y asumes simplemente el credo de otra menor.

Anónimo dijo...

Leyendo la contestación de Stra. Ignorada me doy cuenta de que hay cosas que se me escaparon de mi análisis.

Para mí continúa siendo evidente que nuestra sociedad actual tiene una clara predilección sobre las humanidades que otras materias (al menos en los gustos y valoración colectiva), pero lo que no había caído es en lo que ella nos comenta: la vacuidad de contenido de lo que dicen... mmm... lo que se ve por la calle es humanismo de boquilla, de pose, por moda... mmm, curioso y a tener en cuenta, gracias.

Sobre lo de Historia del Arte, plan de Bolonia y retirar carreras de las universidades ahi te doy toda la razón, la posibilidad de estudiar esas materias SIEMPRE ha de estar ahí. Que cada cual desde su madurez y gustos elija su futuro. Yo hablaba de que el número de licenciados supere lo que demanda/necesite (dicotomía de términos discutible) la sociedad e implícitamente, aunque no lo dije, mi oposición a un mecenazgo vía mis impuestos porque hay otras cosas de las que preferiría ser mecenas.

Lo que no entiendo es a lo que te refieres con "pérdida de ciertos valores, símbolos del subconsciente colectivo" y "un completo abandono por la tradicionalidad que hasta hace un siglo nos ha sustentado". No es ninguna crítica a lo que dices, sino que no se a que te estabas refiriendo y en serio me gustaría saber a que referías.

Un link a la noticia sobre "el abandono de la ciencia" en Japón que os comentaba (y que es un poco lo que veo también por aquí):
Artículo del NY Times

El último párrafo de nuestra anfitriona es genial, 100% de acuerdo.

Anónimo dijo...

No, no, drizzt, gracias a ti. Me gusta mucho la sinceridad, de verdad, y valorar diferentes puntos de vista. Lo que pasa es que a los estudiantes nos aglutinan en nuestras escuelas o facultades y apenas hay acercamiento entre unos y otros, incluso en las grandes universidades. Pero si nos reuniéramos todos para hablar, si nos viéramos realmente las caras, nos daríamos cuenta de que todos sentimos la misma alegría, sudor y lágrimas por lo que aprendemos, incluso las mismas injusticias.

Creo que lo que montaron contra las carreras de humanidades... a algunos nos dejó herida... pues lo urdieron todo por detrás, cuando los estamentos universitarios nos comunicaban la noticia ya se había planeado todo, nos sentimos realmente despreciados, como si de repente entrañáramos un peligro real para lo sociedad con extrañas excusas sobre salidas laborales y demás (cuando en Barcelona, por ejemplo, la actividad turístico-cultural es inmesa y genera mucho trabajo) Tuvimos que reunir firmas con las horas contadas para no dejar de existir de la noche a la mañana por obra y gracia de unos señores que no pintan nada, cuando precisamente, tal y como apuntas, muchas de nuestras carreras tienen gran número de alumnos y nuestro materia es casi tan antigua como el hombre. Deberían de invertir mucho más en institutos y universidades, y más hoy tal y como está la enseñanza, nunca mermar el número de carreras, sino al contrario, ¿cómo negarle a alguien el derecho a aprender, en este siglo XXI en el que se supone en que estamos?... en fin... supongo que no digo nada nuevo ¿verdad?

Pido perdón, porque hablo en clave un poco críptica a veces, pero no lo hago intencionadamente -.-
¿Qué quería decir con eso? Um... es una sensación algo nueva que me acompaña desde hace un tiempo. La notas por primera vez al darte cuenta de que eres incapaz de sentirte identificado con los viejos clichés vanguardistas que maneja tu magnífica profesora en clase de arte contemporáneo. Que puedes entenderlos, valorarlos, pero no participar de ellos. Hablo de una mujer mayor, que creció con la dictadura, que vivió las persecuciones en su juventud por formar parte de los sectores que no apoyaban nada más que la libertad cultural, y que vio cómo al final daban frutos sus esfuerzos y se levantaba una nueva universidad en Barcelona, la UAB, de la que ha formado parte durante toda su vida, practicamente la apertura a una nueva era.
Hasta los años 70 más o menos, y desde mucho antes, la vanguardia cultural jugaba a dos bandas intentando deshacerse de siglos de tradición rotando sobre sí misma, desde los inicios de la época clásica, o desde que Europa tomó conciencia de lo que es, heredera del viejo imperio romano y de su cultura, una cultura ambivalente gestada entre el helenismo y el advenimiento de la cristiandad. Ambivalencia que a lo largo de los siglos se ha decantado por una u otra tendencia, dando como fruto los periodos que todos conocemos, la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco, etc. hasta la Revolución Francesa... hecho que desencadenará en el mundo contemporáneo que conocemos tan bien, que parece tan caótico y que nos da para hablar de los asuntos más extraños en nuestros blogs :) Un proceso que ha durado casi 300 años y que al final ha cumplido su cometido. Ya no somos ni clásicos ni cristianos. Es más, los de mi generación (la ochentera) no hemos tenido que luchar por nuestras libertades, ni por nuestra posición. No me reconozco en la Vanguardia ni en los movimientos intelectuales de hoy en día. Y juraría que el resto de mis contemporáneos de a pie tampoco lo hacen... Y sin embargo en los colegios a los niños les siguen vendiendo clichés que a estas alturas ya deberían de estar caducos, como que en el Antiguo Regimen (antes de la rev.francesa) el rico se comía al pobre, o que la mujer era un simple cero a la izquierda incapaz de valerse o de liberarse, así como que la revolución francesa trajo consigo el sufragio universal, la igualdad la libertad y fraternidad... (pues no nos ha costado nada acercarnos mínimamente a ese ideal... un sinfín de desensueños!) Luego creces, te lees la Rosa de Versalles ^^' y ahí todo lo que te habían enseñado empieza a desvanecerse. No, algo no va bien... los Reyes también sienten, incluso sufren... ¿qué nos han estado explicando entonces?? ¿Así es como se supone que intentan formarnos?...

En general yo diría que en el subconsciente colectivo actual ha tomado fuerza la idea de que aquello que queda atrás es sinónimo de atrasado, de incómodo o de insensato. Sin embargo la mayoría de la gente desconoce la mayor parte de ese pasado, porque le han enseñado a tomarlo bajo esos viejos clichés y ya está. Si llevamos tanto tiempo intentando cambiarlo y huyendo de él, será porque no era bueno, nada bueno.
Es decir, nos estamos desarraigando hasta un punto en que nunca antes lo habíamos hecho. Lo poco que hemos sido capaces de heredar de esa tradicionalidad presúntamente olvidada (siempre desde el punto de vista creativo o artístico...que no está para nada exento de conexiones con otras materias o aplicaciones en la vida real) lo hallamos totalmente enterrado en el estamento underground, así aparecen términos como el de 'opera rock', 'gótico romántico', o qué se yo (agh! se me han ido los palabros ^^' pero me refería a tendencias nuevas con cierta terminología o tendencia hacia lo histórico... aunque en Europa casi todas ellas remitan al XIX o a lo medieval)
De hecho la mayor prueba de que hemos olvidado siglos de nuestra historia es ver cómo ahora de repente se ponen de moda. Como Hollywood parece que ya no hace películas ni buenas, ni malas, ni que entretengan (salvo excepciones) tenemos a todo el mundo ahí enganchado a la novela histórica, que es puro guión cinematográfico (sobretodo por lo mal narrada que está :p) ¿Cuánto durará la moda?... ¿cuánto suelen durar las modas hoy en día? No mucho porque, mientras nos hundimos en uno de los períodos más infructuosos de nuestra época contemporánea, prima el consumismo puro y duro, que ha de reciclarse continuamente a un ritmo de vértigo, tanto que casi no da ni tiempo a disfrutarlo. A nuestro alrededor se habla de los nuevos 'males' de nuestra era, nos creamos nuevos ídolos en los que depositar nuestra fe, y los psicólogos se ponen las botas con la de gente que llena sus consultas... Por lo visto la edad contemporánea no ha solucionado los males del alma humana.

Y entre todo este jaleo, ha tenido que ser Japón el sitio en donde, exentos de nuestro propio miedo hacia nosotros mismos, hayan recuperado nuestro pasado, y estén devolviendo de nuevo ese pasado a la vieja Europa (cosa q les debo y les deberé siempre...) Pero no de cualquier forma, porque no hay por qué retroceder sin más, pues no estamos sino viviendo aquí, en estos momentos, igual que todo el mundo vivio lo que le tocó vivir, por eso nos lo han devuelto adecuado a la contemporaneidad, en una mezcla entre la belleza de lo ideal y el fetiche, y la belleza desde el otro lado del espejo. Si la contemporaneidad acabará engulléndo todo lo que han sembrado o no, eso de momento aún no podemos saberlo. Si, como bien dice Mana chan, la gente no consumiera por el mero acto de consumir, si cavilara, si consumiera con responsabilidad, si se detuviera a sentir y vivir cada pedacito de lo que adquiere (no sólo a nivel material) no tendría porqué entrar de pleno en el sistema hasta un punto contraproducente en el que dejara de existir.

Pero nadie, apenas nadie, cree en el pasado como vía de escape, o de aprehendimiento del mundo, y sé que incluso las modas japonesas inspiradas en el barroco, rococó... serían terriblemente chocantes para algunos de mis profesores.

De verdad, aunque haya volcado mi formación hacia todo lo que me gusta y llene mi cabeza de extrañas y locas ideas que no pretenden sino restaurar mi propio equilibrio (que no quiere decir que lo consiga ^^') no soy más que otro friki a ojos de la gente. Aunque no es que me disguste ese status, te permite bajar a los bajos fondos interculturales y asomar la cabecita de vez en cuando para ver qué está pasando ahí arriba.

Hace mucho tiempo abrí un breve espacio en internet cuyo layout lo componía una foto de un graffiti que vi en Barcelona y que me encantó, compuesto por esta frase: 'no hay nada que comprar aquí. Crear, para menos consumo'

. . .

Ahora es cuando el señor Drizzt se planteará seriamente no volver a preguntarme nada ^^''' -.-'

Pero que sepa que le doy las gracias por darme la oportunidad de expresarme. No sé si he respondido a tu pregunta, pero todo lo que he dicho ha sido con el corazón en la mano.

Y créeme que comprendo tu postura, en el fondo el mundo de ahí fuera está tan poco dispuesto a escucharnos o a entendernos que a veces dan ganas de callar sin más. Lo peor es que mi disciplina siempre se dirige a un público... y a veces es terriblement difícil interactuar con él. Por eso, supongo, me encanta la expresión artística, por constituir una de esas vías de expresión 'indirectas', y porque la gente interesada en utilizarlo a menudo crea y deja su obra ahí, y el que quiera entender que entienda y el que no... pues a su gusto.

(ya paro ya!!! >.<)
Voy a leer ese link sobre Japón ^^

Anónimo dijo...

Para nada, ha sido aclarador.
De hecho pregunté a que te referias porque confundí esos términos con otrso muy parecidos asociados a una idea de humanismo (juas hasta aparece en programas políticos y en artículos de revista de suplemento dominical) basado en aceptar nuestra "pequeñez" para no aventurarnos a hacer tal o cual cosa. Veo que no tenía nada que ver con lo que nos intentabas contar. En este caso un placer haberme equivocado.

Template by:
Free Blog Templates