martes, 19 de mayo de 2009

Ojos

El otro día me paré a pensar y me he dado cuenta de que puedo resumir mi vida en ojos. Hoy se lo estaba contando a una amiga mientras echábamos un café después del trabajo... Pero no lo he conseguido ilustrar bien. Aprovecharé que estoy cansada y me voy a acostar temprano para intentarlo otra vez.

En mi vida sólo ha habido tres pares de ojos: dos eran verdes y otro como la niebla. Aparte de eso, recuerdo haber visto dos o tres miradas salpicadas en personas de las que nunca me lo hubiera esperado. Aparte de eso, no recuerdo nada más.

Los chicos de ojos verdes son los dos mayores mentirosos que he conocido. Con los dos me encontré recurriendo a sus mentiras. Y los dos mintieron mucho mejor de lo que hubiera podido imaginar. Me decían lo que quería escuchar aunque nada fuera cierto, y creyendo sus mentiras en pequeñas burbujas me sentí observada; tienes que conocer bien a alguien, adivinarle y aprenderle para saber a ciencia cierta lo que quiere oír. Para ellos escribí mis Ojos Esmaragdinos... Mis entrañables ángeles caídos deseando que su presa cayera en la trampa. No sabían que hablaban también con la araña-serpiente.

Mi niño de ojos de niebla tenía el rostro más bonito que he visto en mi vida. Un día descubrió que era guapo y la magia desapareció, pero su niebla seguía estando. Es extraño... Me pasé dos años mirándolo a los ojos y ni siquiera recuerdo de qué color eran. Nadie se ha atrevido nunca a mirarme tanto como él. Sin prejuicios, sin temores, sin barreras, sin educación. Yo tampoco tenía nada de eso, simplemente le observaba porque me gustaba observarle y así le conocía. Un quid por quo, supongo.

Las miradas dispersas son las más extrañas para mí. Una vino de un amigo en un coche, la otra en una cena por parte de mi interlocutor y la tercera a media tarde hace un par de semanas. También a veces me cruzo estás miradas en los trasbordos de metro. Parecen abarcarme por completo y yo me engaño y creo que pueden hacerlo. Como si me observaran, como si quisieran verme. Pero me engaño, son ilusiones o por lo menos hay algún dato que me falta. Soy tonta porque en estos casos siento un pinchazo en el corazón y los reconozco como otro bicho pululante semejante a mí. Luego descubro que fallo.

Y quitando estas miradas no recuerdo haber sido vista jamás, tal vez en escala de grises. Ahora me consuelo con ser leída, que no es poco. ¿Soy la única que piensa que últimamente se me va mucho la pinza por aquí? Me voy a dormir, me he dado cuenta de que estoy un poco enferma... La una y media y agotada, no puede ser.

3 comentarios:

Unknown dijo...

No siempre vemos la realidad, ni siempre queremos verla.
No siempre nos dejan ver tras el velo ni siempre descubrimos lo que esconden a tiempo.
A veces vale mas la pena no ver, y a veces el ver no vale la pena.
Quizás aquellos ojos que te hicieron sentir una vez, la vida vista a través de ellos, también encontrarían las mismas incógnitas que tu encontraste en su momento, o quizás muchas otras.
Dicen que los ojos son el reflejo del alma, pero en ese espejo a veces solo vemos lo que queremos ver o nuestro propio reflejo de ilusiones devuelto y magnificado.
Llevo poco tiempo por aquí y tampoco se si últimamente se te va mas la pinza de lo habitual, pero a veces una pizca de locura vista a través de los ojos adecuados puede dar enfoques poco habituales a las cosas mas comunes.

Anónimo dijo...

Tienes las ideas inquietas y saltarinas, eso es todo por ahora ^^U

Las miradas son curiosas, porque es una forma física de poder saber a que se está dirigiendo la otra persona, pero son solo espejos, es decir, todo puede ser cierto, falso, o alterado...

Mirar implica ya cambiar, así que cualquier cosa es posible con ello.

Addictive Epicurean dijo...

1.- Una de las pocas cosas de las que estoy segura es de que tengo un fuerte conflicto con la realidad. Por eso en parte intento vestir como si no perteneciera a ella. Es una de las primeras técnicias que ideé para escaparme entre sus remiendos. Otra de las cosas que he aprendido a hacer es a interpretar las cosas como no son o alterar el valor de ciertos detalles. Lo que para otros es un granito de arena para mi es la causa que provoca una hecatombe. Una simple mirada en la que nadie repara para mí tiene una importancia trascendental. "Podría ser cualquier cosa, ¿para qué le das vueltas?" Cierto. Pero precisamente porque podría ser cualquier cosa para mí ha asumido un valor X concreto. El que yo quiero. El más bonito. Y lo cierto es que siempre se me va bastante la pinza, juas, juas, juas. Aunque últimamente tal vez un poco más... Pero eso es bueno. La gente tiene motores para luchar: la familia, el amor, el trabajo. Para mí funciona la locura más que otra cosa. Porque la locura es magia y no-realidad y estallidos de vida. En estado de locura el mundo deja de ser lo que era... Y por lo que parece a la gente le gusta leerme en esos estados. Y a mí describirlos. Todo se resume en que es más divertido, ¿no?

2.- Yo también las noto saltarinas, en el buen sentido. Me gusta tenerlas así, con pensamientos peregrinos y extraños... que tal vez a nadie más se le ocurrirían porque no están fuera sino en mis ojos y cómo veo las cosas. Me gusta irme dando cuenta de estas cosas. Son tan propias, tan mías como los mayores tesoros. A mí me gustan las miradas porque son misteriosas. Y a mí me dicen una cosa, pero tal vez el dueño de la mirada no quiso decir nada. Por eso me gusta describirlas pero no darles una explicación. Son las únicas miradas que guardo en mi mente, ninguna otra. Qué raro, ¿verdad? ^_^

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