sábado, 26 de septiembre de 2009

Una de laberintos

Yo diría que hoy por hoy el laberinto es mi símbolo favorito y sobre el que más he leído. La nueva estantería del salón está atestada de libros sobre su historia y significación... Y todavía tengo otro par en el punto de mira. Mwa, ja, ja, ja. Y partiendo de la premisa de que me empiezo a interesar seriamente por el aspecto antropológico de los laberintos... Pues creo que voy a hablar un poquito sobre el tema por aquí. ¡Aprovechando que es sábado!

HISTORIA
El laberinto es ante todo un símbolo muy complejo. Sus primeras manifestaciones aparecen en rocas bajo el aspecto de petroglifos y comenzaron a surgir, si mal no recuerdo, en época neolítica. A partir de entonces el laberinto ha sobrevivido a diferentes culturas y etapas históricas. En Grecia se elaboró el mito del del Minotauro (basado probablemente en una previa mitología cretense), se importó a Roma y el laberinto sobrevivió incluso a la Edad Media. Eso sí, el señor Minotauro digievolucionó a Satanás en más de una ocasión. A partir del Renacimiento se pusieron de moda los laberintos en los jardines y así tenemos ejemplos como el de Versalles, el Laberinto de Horta o el maravilloso Bomarzo, que es prácticamente un laberinto en sí.

GEOGRAFÍA
Pero no sólo de historia viven los símbolos. Junto con sus devaneos diacrónicos, el símbolo del laberinto se ha extendido por prácticamente todo el globo. Playas, campos de trigo y cebada, regiones insulares, bosques frondosos, cualquier emplazamiento es posible para un pequeño guiño laberíntico.

SIGNIFICADO
El hecho de que este símbolo haya cuajado en el tiempo y en el espacio sólo puede indicar una cosa, véase: que es importante por uno u otro motivo. A lo largo del tiempo, eso sí, su significación ha mutado de una manera sorprendente. Desde viajes iniciáticos, hasta la iglesia, la religión, el anticristo, los peligros del alma, la sabiduría, el demonio, la Vida, la diversión, el erotismo. Todo eso y mucho más es el laberinto.

A mí me parece curioso, ¿no? ¿Qué puede hacer que un símbolo perviva y que simultáneamente vea alterado su contenido casi de manera continua? Yo me inclino a creer que sólo puede tratarse de un valor primigenio que perdura y subyace más allá de cualquier valor atribuido en épocas concretas. Por eso somos capaces de intuirlo, por eso es capaz de conservar su verdadero valor a pesar del marketing religioso.

Así que, me tomo la justicia por mi mano y digo lo que me parece.

Partiendo de su estructura de meandro, parece que sólo un elemento ha perdurado a lo largo de los siglos y las significaciones: El recorrido complejo con vueltas y rincones.

Una vez en este punto, me gustaría hacer hincapié en un par de pequeños detalles:

a) RECORRIDO VS. META
En ocasiones un laberinto tiene un único camino posible (sin bifurcaciones), pero se tuerce y se retuerce sobre sí mismo. Nos hace escoger el camino difícil para llegar al objetivo, en lugar de la línea recta. Eso significa que el RECORRIDO asume una mayor relevancia que la META. Lo importante no es llegar, sino el camino que recorremos hasta alcanzar la fase final, o lo que aprendemos mientras tanto.

b) LA MULTIPLICIDAD Y LO ESCONDIDO
Edu decía (Juan Eduardo Cirlot para el resto de la Humanidad) que la multiplicidad es malvada. Un conejo en una ilustración no da mal rollito, pero alinea 500 como en un desfile militar y ya verás. O si no, sólo hace falta ver muchas de las ilustraciones de Escher para apreciar ese efecto tan grotesco.

Pues bien, yo creo que otro tanto sucede cuando los senderos se bifurcan. Sabes que sólo una combinación te llevará por la vía correcta, el resto serán callejones sin salida o encontronazos con el Minotauro. Mil cosas. LA MULTIPLICIDAD DE CAMINOS, EN LOS QUE TE PUEDES PERDER O QUE TE PUEDEN CAUTIVAR, SON EL VERDADERO PELIGRO DE LABERINTO.

Pero no sólo eso. ¡Oh, no! Hay algo más. Pues entre la oscuridad de los meandros y las esquinas nadie sabe lo que está escondido. No hay mejor territorio que la multiplicidad de senderos (malignidad/grotesco) para que moren los monstruos. A fin de cuentas, durante muchos siglos y en muchas culturas antiguas el laberinto ha estado estrechamente ligado al acceso del infierno. Y la señorita Perséfone no se libra de esta asociación, que para algo existía el baile de las grullas.

UNOS ÚLTIMOS APUNTES SIMBÓLICOS
Si alguien me preguntara qué me parece a mí todo este tema, yo diría que se trata sin duda de un símbolo ctónico. ¿Por qué? En parte porque todos los laberintos pertenecen a la tierra, pero sobre todo por su froma serpenteante. La serpiente es uno de los principales animales ctónicos asociados al inframundo, ccon el cual ya está relacionado el laberinto de por sí. Y, por supuesto, los laberintos naturales de las grutas entran siempre en los dominios de los dioses de las profundiades. No olvidemos también que lo retorcido, lo complicado y los oscuro pertenecen también asu juriscdicción. Ya que lo lógico (caminos rectos) y lo luminoso entran en una dimensión más celeste.

Es probable que una de sus fuentes originarias fuera la Creta Minoica, una cultura asociada a lo ctónico, con culto a las serpientes y a la señora de las bestias. De allí pasó a Grecia y los griegos fueron tan majetes de adaptar el mito a su política, con lo que el laberinto quedó ligado al monstruo y más tarde (Edad Media) al demonio. Pero como la Iglesia domina al demonio, pasó a erigirse cómo símbolo de la Cristiandad y a reproducirse en el suelo de un sinfín de catedrales e iglesias. Más tarde, el laberinto fue retomado para los jardines y allí recuperó su picaresca y ligazón a la vida terrenal, algo que lo relaciona con su sensualidad originaria serpentino-cretense. Y de allí a nuestros días y a David Bowie.

Actualmente día el laberinto está desacralizado. Ya no es símbolo de Dios, ni del diablo, ni tampoco de la Iglesia. Eso quiere decir que el ser humano vuelve a tener plena libertad para utilizarlo y probablemente su intuición lo guíe hacia ese significado originario que habrá quedado en el estrato más profundo del Laberinto. Sólo hay que ver el uso que le dan en El laberinto del fauno, Harry Potter o En el laberinto (dance magic dance, magic, dance...). Pero ésa es otra historia y ya hablaré de los habitantes del laberinto un día de estos. Jis, jis, jis.

P.D. Son mis paranoias mentales, que nadie se vaya a creer esto a rajatabla. A medida que voy leyendo, voy complementando.

2 comentarios:

Black Hole dijo...

Yo lo veo como una interpretación directa de la vida misma. Un camino que hay que recorrer, en el que sabemos a dónde queremos llegar, pero vete a saber por dónde vamos a ir o, inclusive, dónde vamos a llegar.

Lleno de monstruos y eventos deseosos de hacer que no lleguemos, ¿qué hay más parecido a la vida?

Addictive Epicurean dijo...

Estoy de acuerdo, si haces un zoom out es la propia vida. Sin embargo, y dándole muchas vueltas, yo me inclino más a pensar en la psyque humana. Esto sí que es tan laberíntico como para hacerte nudos tú solo @_@

En la vida, lo queramos o no sólo escogemos un camino y en la siguiente bifurcación escogemos otro. Lo veo más como un árbol de elecciones que como un laberinto donde puedes llegar a caminar quince mil veces por el mismo lugar. La vida te llevará por cuarta vez al mismo sitio, pero seguirás cargando a tu espalda con las elecciones anteriores (=estarás en realidad en otra bifurcación) y siempre "avanzarás", hacia la muerte eso sí. La psyque es más retorcida. Frente a un problema repetido tú puedes volver a perderte por quinta o sexta vez y muchas veces no avanzas si no que puedes volver a marearte y caminar los mismos senderos de antes sin llegar a ninguna parte. Que esto de llegar a ninguna parte es interesante XD

Pero es curioso... La vida externa es la vida. En tanto que internamente, la vida sólo puede ser psyque. Recuérdame que no escriba sobre estas cosas al levantarme porque no sé lo que ando diciendo y me debo expresar de pena.

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