viernes, 4 de diciembre de 2009

Turismo por Marsella

Marsella... Pues eso, hoy voy a hablar de mis dos días en Marsella.


La manera más económica de llegar hasta allí, al menos desde Barcelona, es en bus. Un billete de ida en un autobús nocturno sale por 39 euros, en comparación con los 120 que costaría el tren. Eso sí, prepárate para cogerlo a la 1 de la mañana y despertar con el amanecer en Avignon. Y aún faltan un par de horas para llegar.

La estación de buses/trenes cae bastante céntrica y lo bueno es que tienes a un paso el trasbordo a las dos líneas de metro. Puedes encontrar albergues por 19 euros y aunque a mí me habían dicho que la ciudad es un tanto peligrosa, supongo que con ir con ojo es suficiente. Yo soy gafe y no me pasó nada. Eso sí, los franceses tiran los trastos a cualquier cosa con faldas y más si va a arrastrando un maleta. Con lo cual mejor ir preparando estrategias para alejar a los moscones.

En cuanto a la ciudad se puede decir... que Marsella es una ciudad que da al mar. Obvio, lo sé; pero yo soy lerda. Es muy grande y, de hecho, me parece que es la segunda más poblada de Francia. O al menos eso me dijeron. El casco antiguo está en uno de los márgenes del puerto viejo y la verdad es que esa zona sí que me pareció entrañable. El resto... Pues no sé, supongo que la ciudad se fue extendiendo de manera hiperbólica a consecuencia de la inmigración.

ESCALERAS DE LA ESTACIÓN DE ST. CHARLES
La estación de St. Charles es la principal de Marsella: autobuses, trenes y las dos líneas de metro confluyen allí La versión 1.0 fue inaugurada en 1848 y hay una preciosa escalinata que lleva hasta ella. A posteriori me he enterado que que data de la década de 1920 y que es algo así como un monumento para conmemorar la gloria de Francia en la época de las colonias africanas y bla, bla, bla. La cuestión es que es muy bonita y monumental. A mí me dio la sensación de... ¡Oh, Europa!

La lástima es que tuve problemas con la cámara y tuve que ir tirando de móvil y cámara de video cuanto pude, con lo cual el resultado de las fotos no es como me hubiera gustado.

Por cierto, menuda seguridad que tienen en la estación. Nada más bajarme medio dormida del bus a primera hora del a mañana me encuentro con ocho gendarmes armados hasta los dientes justo en la puerta. :S

Las escaleras en cuestión bajo
un precioso cielo azul.

PARQUE LONGCHAMP
Este lugar me lo recomendaron en el albergue donde estuve. Sólo hay bajar por las escaleras de antes, girar a la izquierda y después de unos veinte minutos andado llegas a esta maravilla: el Palais Longchamp, que tiene más de Parque que de otra cosa. La construcción data de mediados del siglo XIX y cuando lo ves alzarse en medio de las callejuelas marsellesas se te encoge el corazón. Es, una vez más, una llamada al antiguo europeismo, tan blanco, tan verde, tan grácil en medio de una ciudad con casi un millón de habitantes. Incluso da la sensación de que no debería estar en medio de semejante urbe. Se hace extraño, porque de verdad parece un pegote atemporal en medio de la realidad. Hum...
Vista panorámica de lo que te encuentras
de repente de morros.

El balconcito un poco más cerca.

Me encantan las galerías de columnas.
Podrías estar en cualquier tiempo y cualquier lugar.

Un contrapicado monumental del
señor que estaba a uno de los lados del balcón.

Vista desde el otro lado del portón principal, por donde
se pasa a la zona de jardines.


NOTE DRAME DE LA GARDE
Me cagüen la cuesta y la de escalones que hay que subir para llegar a la basílica. Que muy blanquita y muy mona y todo lo que quieras... Pero pedazo pateada. Sé que hay un bus que te lleva hasta allí desde el puerto viejo, pero no tiene gracia llegar ni tan rápido ni tan fácilmente a los sitios... Así que me tragué la cuesta y los escalones. La Wikipedia puede decir mucho más al respecto y también tiene fotos, ¡guay! (que por entonces hasta se me había gastado la batería del móvil y no tengo recuerdos). Es que no sé... Yo soy de turismo de parques: las iglesias y catedrales siempre me parecen iguales. Ju.

PUERTO ANTIGUO
Es de lo que más me gustó. No sé, debe de ser porque nací en un sitio sin mar y aunque ahora estoy en Barcelona tampoco lo veo mucho. Tiene ese aire antiguo y todas las mañanas a primera hora los pescadores ponen sus pu estos y ves (y hueles) el pescado fresco y juraría que había hasta pulpos. Y la gente va a comprar a esos mostradores hechos con una tabla y cuatro patas. Hay barcos, hay agua y un montón de braserías y tiendas de recuerdos en uno de los márgenes. De hecho fue en una de esas braserías donde me senté a comer y me eché mi cafecito. Recordándolo ahora, me viene a la mente la imagen de una suave algarabía y la calma que dan el cielo y el mar. Sí, con conversaciones de fondo.

Yo soy de las que adora perderse entre las calles viejas de una ciudad, creo que es ahí donde de verdad captas su esencia y puedes imaginar cómo las cosas fueron hace tiempo y de dónde vienen. Nu sé, nu sé...

Mi ensalada y mi mano, para
que conste que estuve.

Éste es el aire que tienen la mayoría
de braserías. A mi al menos me gustó...



CASTILLO DE IF
Y... ¡Evidentemente! Si hay algo que haya hecho popular a Marsella ¡es el Conde de Montecristo! Fue en la misma Marsella donde apresaron a Edmond para encerrar en el Castillo de If. Este castillo en cuestión está a un cuarto de hora en barco desde el muelle y se puede visitar. Es una isla chiquitina, cuyo perímetro puedes recorrer en un cuarto de hora y donde sólo está el castillo-prisión. A ver, hay que reconocer que es un poco caro pero puedes visitar todas las estancias del castillo. Desde la azotea, hasta las celdas de los prisioneros. Y siendo una friki del Conde de Montecristo... ¡Eh, que no podía faltar!

Aunque hubo una cosa que me llamó la atención... Yo nunca he visto una prisión, vale... Pero había algunas celdas donde no se tenía que haber vivido tan mal. 20m2, con luz natural, chimenea... Es raro, porque si lo comparas con los calabozos estándar la diferencia se notaba.

Es curioso el tema de las piedras. Lo que aguantan en su sitio... Puedes tocarlas y saber que probablemente ya estaban allí en 1500 y pico cuando edificaron la fortificación. Se me hace raro pensar quién más y en qué otro tiempo ha puesto la mano ahí encima. De verdad, estar en el mismo sitio aunque en diferente tiempo que toda esa gente de la que hablan los plafones es una sensación muy rara.

Evidentemente, no podía llamarse de otro modo.
¡Fue la primera vez que monté en barco!


La mítica figura del castillo, desde el barco,
ya de vuelta.

En términos generales debo decir que me gustaron mis dos días allí... Y también que me quedaron unas cuantas cosas por ver. Lo bueno es que, aunque malas, pude volver con un montón de fotos como documentación para un par de historias. El mayordomo de los Duchamp vivió en Marsella una temporada y Sérgei ha parado alguna vez en el puerto.

Aysh... hecho de menos el queso blanco que tomaba allí para desayunar. Creo que fue mi gran descubrimiento culinario, aunque me han dicho que lo venden en el Lidel. Hum...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La foto de la estatua vista desde abajo impresiona. La foto del "Retiro" XD de Marsella también esta muy bien.

Addictive Epicurean dijo...

Sí, la verdad es que ahora me paro a verla y ha quedado chula.

Es curioso, ¿sabes? Porque tengo un montón de imágenes para documentación (ji, ji, ji), pero apenas saqué fotos de turismo normal. A ver si publico las otras tres entregas prontito.

Ju... Y eso me recuerda que tengo ir a los Madriles a documentarme también para otra historia. A saber cuándo con lo mal que voy de pasta T_T

Black Hole dijo...

Dos notas rápidas:
a) Sí, gabachos malos... ¡ya te lo dije! :P

b) Me hizo gracia lo de la prisión... Pensar que estuve cosa de 3 años viviendo en un "estudio" de 23m2...

Addictive Epicurean dijo...

a)¡Gabachos no malos! ¡Y menos si se llaman Nicola Sirkis y...! Bueno, lo dejamos. Es que estoy sensible ante las voces.
b) Sí, yo también lo pensaba viéndolo. A eso le metes wifi y un braserito en el centro y lo podrían alquilar por 500 euros y sacarse un pastón. Aysh. XD

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