lunes, 11 de abril de 2011

Y me como mis palabras...

Odio los días en los que no paro hasta que ya es demasiado tarde y luego ya no me queda tiempo para pensar. O para ponerle palabras a lo que he pensado. Así que tengo que recordar pensamientos viejos para creer que el día ha valido la pena. Si no he tenido un pensamiento, cualquiera, es como si ese día yo no lo hubiera vivido. Pero no suelo contar con los pensamientos viejos, porque entonces creo que algún día se me gastará la reserva. Siempre me olvido del pequeño detalle de que puedo generar nuevos pensamientos. Como por ejemplo... Que es curioso que a veces hable de mí misma en un tono tan poco humano. Aunque me gusta, pone las cosas muy en su sitio.

Hoy he pensado, he recordado pensar, que durante años he odiado mi nombre. Lo he odiado porque la única obra artística que había homónima a mí era una canción en la que Ella se quedaba llorando en un caserio hasta que se muere de pena. Hace un par de meses descubrí esto:



Y sinceramente... Me hace pensar que en según qué boca no sueno tan mal. También me hace llorar a moco tendido, literalmente. Pero eso no cuenta, yo lloro con cualquier cosa. Con cualquiera.

5 comentarios:

Moroboshi dijo...

No conocía esta canción, y debo admitir que hasta que te conocí no sabía que Maite era un nombre vasco.

También pensaba que era nombre de mujer bastante mayor que tú, y tú me has demostrado lo contrario, que también existen Maites jóvenes. Es como si algunos nombres no quedaran bien en niños pequeños, ¿no te pasa? ¿Te imaginas un bebé llamado Francisco? Pues los hay y los ha habido, puedes creerme.

En fin, que no seas tonta, que tu nombre es bonito, pero por favor no llores a moco tendido literalmente que da mucho asco. XD

Karstiel dijo...

Es que los nombres propios son muy malos. Básicamente la idea de poner un nombre a cada uno es poder decir que fulanito es ese y ese otro es fulanito2, es decir, es un "resumen" de la persona.

Entonces, ¿cómo es que una palabra sin sentido puede definir a alguien? Yo creo que el nombre propio de alguien debería ser algo largo y que se fuera trenzando a lo largo de la vida, para que tuviera un cierto sentido...

Anónimo dijo...

@Karstiel es mejor usar nombres repetibles cual vulgar MD5 que tu nombre verdadero. Claros ejemplos hay en literatura fantástica y juegos de rol XD

@Srta. Anfitriona: el nombre Maite mola mil, estética y etimológicamente. La única pega que le veo es que los de "Vaya semanita" o como se llame el programa ese de humor vasco abusaban mucho de él para "localizar" los gags...

Alfalfa dijo...

Yo siempre odié el mio
porque revelaba a los demás ,anticipadamente, el tipo de capullo que soy.
Cosas de llamarse como una flor.Me desenmascaraba vamos.
Tarde años en perdonar a mi padre y en asimilar que ,en el ámbito rural,los primogénitos varones se llamaban como su abuelo paterno ya pudíera salir el sol por Antequera.

También creo que es bueno acabar los dias y que es bueno usar la cabeza ,a nuestra manera, para lo que se supone que la llevamos sobre lo hombros,todo lo demás es circunstancial y que llorar sin aparente motivo es mucho mejor que llorar con conocimiento de causa
Tampoco me hagas mucho caso,soy un capullo.
Ánimo Maite.

Addictive Epicurean dijo...

¡Uoh, Toni! => Si es que soy la jefa de las imágenes con fuerza. ¿O las imágenes forzosas? Seguro que echas de menos esas conversaciones escatológicas nuestras a la hora de la comida... No voy a dar más pistas, que perdería públicamente el poco/nulo glamur que me queda.

Señorito Karstiel=> Los nombres propios son deficientes, sin duda. ¡E injustos aún más! Porque si no te gusta como suenana, adiós muy buenas. Y además, como no tienen contenido y están vacíos, la forma es todo lo que queda... Así que acabas buscando connotaciones asociadas al nombre para tener la excusa de que te gusta un poco más. Jie, jie, jie. Por eso me busco sutítulos. Ahora me gusta: ella baila en los hilos.

Señorito Drizzt => Ya lo creo, gracias a Vaya semanita me ha ocurrido de todo en esta vida. La mayor parte de ello, increíble. Jie, jie, jie. Supongo que todo es cuestión de acostumbrarte... Aunque en casi 28 años ya debería haberme dado tiempo. *sigh* No sé, no sé...

Señorito Alfalfa => Hum... Mucha de la gente más cercana a mí se pueden calificar de capullos integrales. Me gusta cómo son. Son como son, dicen lo que piensan, les da igual lo que digan los demás. A mí me gusta eso: cómo es la gente. La gente que no es tan rancia/borde/capulla, generalmente no tiene esa personalidad tan fuerte. No defiende tanto lo suyo, no tiene tantas aristas, para entenderlo. Gracias por los ánimos. Hoy ha sido otro día en el que no me ha dado tiempo a ser yo misma. Así cualquiera se siente desaparecer...

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