martes, 24 de enero de 2012

Los renglones torcidos de Dios

Mientras estaba esperando en correos a que llegara mi turno, me he dado cuenta de que nunca he llegado a hablar de este libro. Ahora entiendo por qué: demasiado complicado.

Los renglones torcidos de Dios cuenta la historia de Alice Gould y su vida en el sanatorio mental en el que entra para resolver un asesinato. A lo largo de unas 400 páginas, el caso va avanzando y vemos el día a día de los internos desde un punto de vista de todo menos sensacionalista.

No voy a negar que el personaje principal es de esos que me ponen de los nervios. Alice es una mujer guapa, culta, elegante, sumamente inteligente y con la capacidad de hacer que todo el mundo la adore. Los hombres se quedan prendados de ella, las mujeres la admiran, los niños la quieren... Una imagen de la "mujer perfecta", tal vez para contrastar con el entorno. Será necesario, pero aun así irrita.

En mi opinión, el verdadero encanto se encuentra en esa muchedumbre de locos tan bien caracterizados por su locura. Transmiten una sensación seca, amarga, polvorienta y finalmente entrañable. No hay excéntricos que resulten atractivos ni locuras idealizadas (para que los personajes sean chupi guays), tan solo la realidad de un psiquiátrico. Esta representación fiel y pausada nos permite observar la realidad de quienes pasan por este mundo como renglones torcidos de Dios. Así los admiras en su extrañeza, en su manera de vivir una vida donde los baremos y los factores nunca son los que a nosotros nos parecen cotidianos, universales e inamovibles. Tener acceso a esta visión del mundo es un verdadero lujo, te das cuenta de lo mucho que la "realidad" se puede anular entre cuatro paredes y lo "extraño" se convierte en "cotidiano".

Otro de los grandes encantos del libro es el desquicio que provoca. Hoy en día hay pocos libros que consigan pillarte por sorpresa y te enreden en su trama. Incluso las novelas policiacas son a)previsibles o b)tan mal hilvanadas que la solución del caso no tiene sentido o era indeducible de los datos que teníamos. Pues bien, este libro no tiene esos problemas. Llega un punto en el que el libro supera al lector y acabas histérica perdida con el libro entre las manos y cagándote en sus muertos porque te ha enredado y ya no sabes qué es mentira, qué es verdad y qué es lo que está pasando. Con algunos libros te pierdes porque la trama no tiene sentido. En este ocurre porque el autor se la juega al lector de una manera elegante. Y de estos hay pocos, yo aviso.

En cuanto a la prosa, el uso del lenguaje es muy... ¿Cómo decirlo...? Muy... "Correcto". Como que este señor estuvo casi 30 años en la RAE. Sin embargo, esta corrección y el estilo polvoriento de otra época (del 79 concretamente) contribuyen a una exposición clara de los hechos y a crear la atmósfera de la obra. ¿Cómo? No tengo ni la menor idea, pero la propia voz del autor cubre la historia con una pátina que le da algo de "irrepetible". ¿Quién iba a decir que siendo quien fue este señor (ver Wikipedia) pudiera escribir algo tan rematadamente bueno?

Ya está, más o menos esta es la impresión que me queda del libro. Ha pasado algo de tiempo y no lo termino de recordarlo bien, espero que sea por eso que me ha costado tanto describirlo. Me da la sensación de que soy incapaz de hacer una reseña normal y comprensible. Lo que decía al principio: demasiado complicado.

Por cierto, hoy ha sido un día en el que he descubierto que puedo cenar 3 días por 3 euros (pechuguitas laminadas de Eroski) y he hablado con mi madre en el bus sobre el embalsamamiento de cadáveres. La cara del señor de al lado no tenía desperdicio.

2 comentarios:

Karstiel dijo...

Anda, pues me lo apunto y lo pongo en la pila de libros pendientes aunque, como comentas, lo de un protagonista perfecto echa mucho para atrás :S

Juas, hubiera estado bien que grabaras en vídeo ese momento ^^

Pd. ¡Hay que comer más!

Addictive Epicurean dijo...

Huuuy, pues espérate, que lo de los cadáveres va para rato. Por lo menos hasta que termine el libro. Es todo un universo, en serio...

Con Los renglones torcidos de Dios ganas seguro. Quiero decir, es uno de esos libros que sabes que son únicos en su especie. Ninguna otra obra de ficción te contará esa misma historia, y empiezo a pensar que a día de hoy eso ya es casi un milagro. ^_^U

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