jueves, 2 de agosto de 2012

Noctilucas y mares de ardora


En estos momentos odio el Reader. El otro día empecé a trabajar en esta entrada, publiqué el borrador por error y la versión preliminar se distribuyó sin remedio. Moraleja: nunca publiques entradas sin darte cuenta.
La naturaleza tiene cosas bonitas. Tiene sus florecitas, sus colorines, sus maripositas, sus mamíferos peludos y regordetes, en su época tuvo también a Jeremy Brett y Nikola Tesla... Sin embargo, hay otro tipo de fenómenos cuyo atractivo no proviene únicamente de su belleza, sino también de la extrañeza que nos provocan al verlos. Suelen ser espectáculos que rompen con nuestra sensación de realidad al ofrecer una visión que va más allá del mundo inmediato.

Este es el caso de los mares en llamas, los fantasmas marinos y los océanos incandescentes que más de un navegante se encontró a lo largo de sus travesías en los viejos tiempos. Si alguien ha leído 20.000 leguas de viaje submarino, esto probablemente le parezca un recurso del señor Julio Verne o la perpetuación de viejas leyendas transmitidas por marinos supersticiosos y borrachos de ron.


Pues no; tanta parrafada para decir que existen.

Es cierto que le han cambiado el nombre y que ya no hablamos de "mares en llamas" sino de "bioluministencia marina", pero la falta de originalidad en los nombres viene de serie con la época. La llamada "bioluminiscencia" es simple y llanamente que un bicho produzca luz con su cuerpo. Los casos más conocidos son los de las luciérnagas y esos peces abisales tan feos que parece que lleven una bombilla colgando de la cabeza. Sin embargo, se quedan cortos al lado de otros fenómenos en los que la luz parece provenir directamente del mar porque al bicho no lo vemos por ninguna parte.

Uno de sus causantes es la Noctiluca scintillans o chispa de mar, una especie de dinoflagelado (ni hongo, ni animal, ni planta) que forma parte del plancton y que se puede ver aquí abajo:



Son más habituales de lo que parece y tienen presencia por todo el globo, aunque imagino que sus efectos solo llegan a ser espectaculares en algunos casos. El rasgo principal de las noctilucas es que se vuelven bioluminiscentes como respuesta al movimiento. Esto puede hacer que solo la cresta de las olas sea fosforescente o que el mar se ilumine de repente al tirar una piedra al agua y luego vuelva a la oscuridad:






Un fenómeno diferente es el conocido como "mar de ardora" o "milky seas" (mares lechosos), aunque está claro que la versión del nombre en castellano es mucho más bonita. En esta ocasión la bioluminiscencia no está originada por noctilucas, sino por una bacteria llamada Vibrio harveyi.


Los mares de ardora son más escasos que las concentrciones de noctilucas y también más espectaculares, ya que pueden hacer que una superficie de kilómetros y kilómetros cuadrados brille con una luz azulada durante horas. Probablemente, estos fueran los mares luminosos de los que hablan las leyendas... Lo curioso es que su existencia no se confirmó hasta 2005, cuando un satélite capturó un mar de ardora de 250 kilómetros de largo desde el espacio. Es una lástima que sea un fenómeno tan extraño, que apenas haya imágenes de él.




A diferencia de lo que ocurre con las noctilucas, en este caso no es necesario que el medio en el que viven las bacterias registre un movimiento notable. Basta con que se reúna un determinado número de individuos para que las señales emitidas sean tan intensas que los lleven a adoptar una reacción coordinada.

Y aquí me planto, explicar los mecanismos por los que emiten luz va más allá de mis posiblidades: la microbiología no es lo mío. Solo sé que hay implicada una sustancia llamada luciferina y una encima llamada luciferasa. Del resto, que se encargue la ciencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las cosas mas bonitas de naturaleza son las terribles y sobrecogedoras, aunque el toque LED azul mola.

Addictive Epicurean dijo...

¡Iiiiiih! ¡Nooooo! Me frustro cuando pienso en estas cosas porque no las entiendo y entonces el tejido del tiempo-espacio me rodea y entro en sintonía con Madame Tarántula y me vuelvo loca de remate. En casa, cuando quieren ponerme neviosa empiezan a hablarme de cualquier cosa cuántica o las minipartículas que giran hacia ambas partes a la vez y solo deciden qué hacer con su vida cuando las miras. Aunque me gusta Wonders of Universe...

Ya sabes que yo soy más de cositas pequeñas y simples, las cosas grandes me van muy grandes. ¡Además, de galaxias no hacen peluches y de noctilucas sí!

P.D. Eres un cielo, Drizzt. Siempre aquí para responder. *snif* Me emociono.

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