martes, 23 de marzo de 2010

Críptica

La primera señal de que algo iba mal
fue hace diez días.
Cuando mis dos amigas incandescentes,
que tanto se pasaban por casa durante la carrera
hicieron acto de presencia.
Tan encendidas ellas.

El domingo por la noche,
a las 3.30 de la madrugada,
tuve la confirmación.
Freddy.
No he vuelto a dormir tranquila.
Era un aparcamiento.
Era una joven rubia y otra morena.
Gemelas.
Era un joven en vaqueros y camiseta.
Era la típica escena de las películas.
Una carrera a ciegas,
y de golpe
Freddy.
Yo, acojonada.
Me di media vuelta
Me abracé fuerte
Pero era tarde.
Y no sólo por la hora.
Alguien le había abierto la puerta.

La solución era del 7%,
no del 30.

Y mientras tanto
no puedo dejar de cantar:







¿Qué queda de mi a estas horas?
¿Y si esta vez desaparezco de verdad?
No...

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