lunes, 26 de julio de 2010

Cerramos chiringuito

¡Aviso rapidito y urgente! Que no tengo para más...

Amos a ver...

Me voy a Londres una semanita y no me llevo el portátil, así que dejaré el blog en stand-by hasta el miércoles de la semana que viene. Cuando me vaya a casa de mis padres acompañada de Meteoro y pueda hacer algún reportaje de esas cosas que voy a ver por el norte. Evidentemente, Baker Street parada obligatoria. Y la tienda de recuerdos de enfrente también... ¡Voy a hacer realidad mis sueños de fangirl absoluta! Holmes... <3 br="br" cosas="cosas" entre="entre" otras="otras">
Er... Hum... Me da algo de rabia dejar el blog justo cuando había vuelto a coger ritmo y todo está tan animadillo. En hora y media salgo para la estación, y aún estoy en la oficina y ni siquiera he hecho la maleta. Genial, yo en mi línea. En

fins... Er... Hum... Pues eso. Recordad que ante toda elección en la vida siempre hay dos maneras de ver las cosas. Es cuestión de voluntad. Ésta, que es la buena:



Y ésta, que es la mala:


Todo es cuestión de voluntad. No, no sé cómo se me ocurren estas cosas en estos momentos en los que espero a que se termine de copiar el dichoso CD. No llego, no llego, no llegoooooooooooo...

P.D. ¡Hasta la vuelta!
P.D. Ahora me habré equivocado con la canción de la Oreja de Van Gogh, pero ya me entendéis...

domingo, 25 de julio de 2010

Cuentos

Estoy volviendo a escribir. Hacía tiempo que no lo hacía. Y que ni siquiera tenía ganas. Ahora que ha vuelto, mi cabeza está mucho más tranquila. Sigue con sus explosiones habituales, pero mis treinta banshees se han empezado a callar.

Me sigue costando producir, tengo fobia a la página en blanco. ¿A cuántas cosas tengo fobia? Es que recientemente he descubierto que también se la tengo al cine...

Pero más o menos sigo en mi línea. Madame Tarántula y compañía cada vez están un poco más definidos y estoy trabajando duro para encontrar la mejor manera de contar la historia. Han surgido algunos personajes nuevos (el viejo de la bombona de oxígeno, el escriba insomne, Lucía Argentea, Beatriz...) y algunos de los clásicos han cogido mayor transfondo. Poco a poco todo se empieza a organizar para que de ese universo surja una acción capaz de crear una historia de verdad.

Por otra parte, he recuperado un viejo clásico: los cuentos para niños. Hace mucho tiempo que no me daba por aquí, pero he rebuscado entre el material antiguo y lo estoy retocando para ajustar el tono y hacer bien las divisiones por página. Al principio pensaba que sólo tenía un par de cuentos, pero al pararme a pensar he visto que tengo alguno más en la recámara. Pongo aquí los títulos, a ver si resulta sugerentes:

-La ladrona de belleza
-La princesa con los labios de escarcha
-La tejedora de sombras y el príncipe de la noche
-El circo de los horrores
-El príncipe Tupé Facto
-La mujer de las piernas estilete y el niño lámpara

Quiero hacerlos bien. Últimamente los cuentos fallan... No porque no estén bien escritos o porque los dibujos sean feos. Les falla la base: son historias, no cuentos. Los cuentos tienen que esconder algo tan grande que queden grabados en la mente de los niños. Sin rebajarlos. Sin ridículas éticas, ni morales. Sin miedo al grotesco. Ahora mismo estoy leyendo un ensayo bastante denso sobre la morfología del cuento, a ver si puedo hablar un poco más de esto cuando lo acabe...

Además, creo que volveré a pasarme por las librerías especializadas para ver por dónde se mueven ahora... Hace algún tiempo me llevaba bien con las dueñas de un par de tiendas de Barcelona. A ver si aún se acuerdan de mí.

Ahora es cuando mi mente se acelera. Y se imagina lo maravilloso que sería editarlos, con ilustraciones. En una colección titulada Los cuentos de Addy, con la mascota de la página (¡decidle hola, coñe => en la columna de la derecha!) por ahí rondando...

Algunos están escritos pero sin retocar. A otros aún les queda... ¡Pero si alguien quiere leer alguno que me avise por blog y mail! Estaré encantada de enviar un copia.

viernes, 23 de julio de 2010

La chica de la oficina

Todo el mundo llora, por dentro o por fuera, con ruido o sin él.Y la gente que me conoce sabe que yo lo hago con toda naturalidad: en la oficina, en casa, en el metro o por la calle. Suelto lo que tengo que soltar y sigo como si nada. Poco a poco todo el mundo se acostumbra, hasta que deja de ser una visión tan extraña.

Esto lleva a situaciones peculiares algunas veces, porque la gente que hay cerca te pregunta qué te pasa. Si hay algo, se lo cuentas; si no, les explicas que lloras sin más. Pensándolo ahora se me hace gracioso, porque un pequeño tanto por ciento de Barcelona conoce mis problemas. O sabe que estoy loca. Francamente, me da igual porque no los volveré a ver. Y ellos se fueron a casa con una historia que contar durante la hora de la cena. Todos ganamos.

Otra de las cosas que hago bastante en mi oficina es bailar. Cuando no hay nadie, claro. El único que me ve es el vecino que tenemos justo enfrente. Más de una vez se ha echado a reír cuando en la hora de la comida, me ve con el café y las coreografías. Supongo que no hay mucha gente que haga estas cosas... Y menos con las persianas levantadas y las luces encendidas. Pero yo me quedo a gusto y me importa más bien poco el qué dirán. Seguro que más de uno se muere de la envidia porque se me ve feliz.

Y si es por bailar también en casa... En el salón, con la música a todo volumen. Born to be wiiiiiiiiiiiild y la raqueta azul de la pared. O Abba que da mucho juego. O italo music... O... O... O... Cualquier otra. También hemos bailado algo rockabilly, me parece recordar.

Ahora entiendo por qué el baile está tan relacionado con lo dionisiaco. Y quien no disfrute de ello (y hay mucha gente), se pierde un gran placer. Y un gran boom. Y una gran sonrisa. Que se jodan, anda. Que muchas paranoias malas tengo que aguantar ya. Qué bonito tener también cosas que te hacen sentir bien. Me alegro de que me enseñaran a apreciar la música de verdad...

miércoles, 21 de julio de 2010

Es gracioso cuando alguien se entera de que estudias Antropología de las Religiones y acto seguido le ves encoger la nariz. Si la persona es educada ahí se acaba la conversación. Si no lo es, o es demasiado sincera, se ríen un rato y luego te preguntan para qué sirven esas cosas. Tú intentas responder, pero no tardas en darte cuenta de que no te escucharán más allá de la segunda frase. Así que te encoges de hombros como si fueras tonta y cambias de tema. Es una de esas cosas que tienes tan claras que no necesitas el consenso del otro, ni esa molesta autojustificación para reafirmarte.

Le he estado dando vueltas y vueltas al tema, y creo que por fin he descubierto dónde radica el problema. Cuando alguien escucha que estudias XXX de las Religiones, debe de pensar que lees la Biblia de cabo a rabo y conoces todos los entresijos que componen la religión cristiana. No es por ofender a los teólogos interesados en la materia, pero ni siquiera a mí me parece interesante esa perspectiva.

Como, sinceramente, no tengo ni puñetera idea de cómo redactar la entrada al final voy a optar por escribirla mediante puntos. Que siempre es muy socorrido y la gente se cansa menos al leer.

a) Religión y no religiones
La Historia de las Religiones (y demás), estudian las religiones y no la religión. Estamos hablando de algo que viene desde el Neolítico, e incluso antes. De hecho, ha venido acompañando al hombre desde que el ser humano es Ser Humano, en el sentido de que jamás ha existido una sociedad sin religión. Yo diría que su variedad es tan amplia como la de las lenguas y que, si te pones, las puedes dividir en familias similares.

Las interrelaciones entre las religiones son algo apasionante (qué desgastada está esta palabra). Puedes ver cómo les han afectado las invasiones, la economía, la dominación externa, cómo se han usado como control de masas y también como medio para mantener cohesionada la sociedad. Es como un "fenómeno" que ha ido mutando junto con la historia del ser humano y, rascando sobre él, ves lo que ha ocurrido antes.

Creo que pondré un ejemplo. En la mitología clásica Zeus estaba casado con Juno. Pues bien, resulta que antes de la llegada de los griegos Juno era la diosa principal de una región XXX. Grecia los invadió y ¿cómo supeditar a las gente de la zona XXX desde sus propias creencias? Fácil, hacemos que su diosa suprema se case con un impresentable y que la gente se ría de ella por er la cornuda suprema.

Puede que practico, lo que se dice práctico, no es que sea. Pero es un engranaje muy complejo. Con estructuras lógicas que cuesta descubrir y paralelismos asombrosos entre diferentes ejemplos de religión. Es divertido porque no es sólo asimilar información, sino que tienes que ir atando cabos en tu cabeza y vas viendo cómo la telaraña/sistema va creciendo.

b) Estudio y no creencia
Ante tanta variedad de fenómenos y manifestaciones, es necesario ser absolutamente objetivo. Y cuando estudias todo este material como un "objeto" dejas de creer al 100% en él. Básicamente porque descubres de dónde proviene todo y por qué. Digamos que la Historia de las Religiones es la puerta a la verdad debajo de la religión.

Ni siquiera la ética y los valores se mantienen estables, sino que hay que ir adaptándolos a cada contexto. Por ejemplo... Las fuentes no son del todo fiables (que a los clásicos también se les iba la pinza), pero al parecer todas las mujeres babilonias debían prostituirse una vez en la vida ante extranjeros. Y lo mismo para las que no se cortaran el pelo en honor de la diosa. Por no hablar del templo que había a la puerta de la ciudad... y tantas otras cosas.

c) Humanismo y no ciencia
Hace unos años una buena amiga me dijo una frase que me marcó bastante y era, más o menos, que somos unos egocéntricos y que nos creemos mejores que las generaciones que vinieron antes que nosotros. Y a la hora de la verdad no hemos cambiado en absoluto. Desde que el Homo sapiens es Homo sapiens, sentimos lo mismo y nuestro cerebro opera de una manera idéntica.

Durante estas últimas generaciones nos hemos centrado en descubrir los misterios del mundo, del universo, la ciencia y la tecnología. Que está muy bien, de verdad. Sin todo eso ahora mismo nuestra vida no sería lo que es. Pero hemos olvidado que la psique del ser humano sigue siendo la misma Las inclinaciones que le llevaron a inventar una creencia X o un dios Y siguen estando en nosotros.

Sólo hay que ver el auge de todo este tipo de creencias new-age... A mí las que más nerviosa me ponen son las que hablan del retorno de la diosa. No es cuestión de considerarlas tonterías, sino de apreciar en ellas el mismo patrón que has observado en quince mil historias y religiones diferentes. La gente sigue creyendo en lo mismo (o queriendo creer) y lo único que ha hecho es lavarle la cara. El fenómeno sigue siendo el mismo. Lo que no saben es que no funcionará, porque son religiones artificiales que, como los lenguajes artificiales, se quedan cortos. Para que estas cosas funcionen tienen que ser naturales y surgir y evolucionar con el ser humano adaptándose al contexto histórico-cultural y no sólo a las necesidades psicológicas de la gente.

Así que, mientras la gente se afana en estudiar el mecanismo de la flauta de émbolo (yo qué sé), aquí una servidora se centra en desentramar y hacerle la autopsia al ser humano como un mero entretenimiento mental. Y si a veces se me va la pinza, muchas otras veces ves que las cosas cuadran.

P.D. No sé sintetizar.
P.D. Y empiezo a pensar que tampoco sé escribir.

martes, 20 de julio de 2010

Todo esto viene a raíz de una entrada que publiqué hace unos días sobre otro gran arquetipo de nuestros tiempos: El guaperas ochentero. Recibí un par de mails inesperados que me sugerían volver a hacer algo similar si se me ocurría. Me hizo gracia, de verdad. Es la típica tontería que cuentas, que piensas que sólo a ti te hara gracia... Y de repente hay más gente que se ríe. Precisamente porque es eso, una tontería soberana.

Así que de oca a oca y tiro porque me toca (otro día hablaré de los orígenes de la oca). No podía tardar mucho en retorceder treinta años y llegar a la fuente de otro gran arquetipo de la historia aún más interesante: el tío del tupé. Personajes con el famoso pompadour han ido salpicando la historia y la ficción a lo largo de los años... A cada cual más característico y auténtico que el anterior. Pero ¿qué es lo que destila realmente el tupé? Sinceramente, no tengo ni puñeterísima idea pero es toda una seña de identidad que vuelve a las personas/los personajes verdaderos iconos.

Y empezaremos con los que probablemente sean los tupés más conocidos.

Evidentemente, ¿quién podría encabezar si no el listado?
Aparte de la voz, siempre diré que este hombre tenía un extraño atractivo que no se ha vuelto a repetir.


Tupé único e inimitable. Vamos,¿ quién no se ha bailado el Grease Lighting?
Y hablando de la peli, ¿he dicho ya que quiero este vestido?
http://www.dollgenie.com/2008/Lg-2008-Grease-Cha-Cha-Dance.jpg
Aunque no para la Barbie, claro.
Y tercer tupé mítico donde los haya, creo yo.
Aunque este señor no me cae ya tan bien.

Como gran icono del tupé, tampoco podemos olvidarnos de Loquillo. Esa grandísima (literal y figurada) estrella que ha sabido darle al peinado personalidad propia. Y, fuera coñas, en serio: pedazo letras. Memorias de jóvenes airados, Cuando fuimos los mejores, La mataré, El cadillac solitario... ¡Y qué coño! ¡Le gusta Cirlot! ¡Di que sí Edu, conquista el mundo desde la tumba!




Dejo La mataré, que es una de mis favoritas. Atención a la letra, porque es poesía. Pero no de esa rimbombante y cargada de esdrújulas ininteligibles; sino la de verdad. La que cuenta cosas.




Siguiendo en el ámbito musical no puede faltar The Baseballs, un grupo que he conocido recientemente y famosos por sus versiones de Umbrella o Hot n' Cold, con las que han resucitado los viejos ritmos del tupé. Creo que soy yo, que veo el peinado y me emociono... Pero es verlos y te caen bien.


Aquí Umbrella, al menos mi canción favorita. Grancioso vídeo con todos los movimientos del arte. Muy recomendable también Hot n' Cold.




Y para concluir, no podría cerrar la entrada sin mencionar a todos esos rockabillies anónimos que pasean su atemporalidad por las calles. En la foto y en el vídeos, bailarines espontáneos en el parque Yoyogi (Tokio). Tenemos malas experiencias intentando hacer algo similar en casa en una de esas noches de Singenio, palomitas y madrugadas devanándonos los sesos.








Eso sí, no me podía marchar sin hablar antes de mi personaje con tupé favorito. Y aquí sí que no me podré defender de los comentarios amenazadores. Katô, protagonista de Maiwai. Pirata moderno, adicto a la adrenalina, a la vida y loco como una cabra obsesionado por perseguir el horizonte. ¡Y de éste, dos fotos! (Por cierto, Maiwai es una obra muy recomendable para... quien le gusten las cosas muy raras y las novelas de aventuras clásicas a lo Isla del tesoro).


P.D. Ya estoy mejor, vuelvo a tener fuerzas para escribir un poco por la noche después de trabajar. Aunque no estoy teniendo mis mejores días, lo intento. Creo que eso explica por qué el texto me ha quedado un poco soso.
P.D.2. Si a alguien se le ocurre alguien más con tupé, que avise... Ya que estamos.

domingo, 11 de julio de 2010

El Ocho (Katherine Neville) - Reseña

Con esta decisión mía de que tengo que hacer algo con mi vida, hace unos días me planté en La casa del libro y descubrí que había salido a la venta El fuego, la secuela de El Ocho. Le eché un vistazo por encima, pero, viendo que no me enteraba de nada, decidí comprarme también la primera parte.

Hace tiempo que me la había leído (hace 15 años), pero sólo me quedaba un vago recuerdo y era algo parecido a que "el libro estaba bien". Así que me puse manos a la obra y... En efecto, el libro está bien.

Hay por ahí un ajedrez que llevaba mil años enterrado, que en época de la Revolución Francesa vuelve a salir a la luz. En cuanto esto sucede, la partida se reanuda. Los trebejos y el tablero se diseminan por el mundo, y dos equipos (blanca y negras) se van moviendo a lo largo de los años para hacerse con todas las piezas y desvelar el misterio que les otorgará un gran poder.

El misterio que rodea al Ajedrez de Carlomagno se va desvelando poco a poco, a partir de los relatos y las intervenciones diferentes personajes históricos o ficticios. De este modo, las piezas diseminadas a lo largo unos 12 siglos van formando poco a poco en un puzle que abarca desde las estepas Rusas hasta el desierto de Algeria.

Hasta ahí vamos bien. Que ya lo digo, el libro es bueno y la historia es interesante. Además, la trama está muy bien entretejida, y eso que tiene muchos hilos. Pero poco a poco las cosas me han empezado a chirriar.

Lo primero, y lo que más me ha puesto de los nervios, son los personajes. ¿Hola? ¿Nadie tiene personalidad en esta casa? Personajes típico-tópicos. Creo que ANODINOS es la palabra. Quitas los nombres propios del libro y eres incapaz de descubrir quién está hablando. La única que se salva un poco es Lily, que por lo menos tiene carácter para quejarse.

Otra de las cosas que no me ha gustado es la sarta de personajes importantes y conexiones que tiene la protagonista, todos en vueltos en el lujo y siendo lo más de lo más. Como si ella fuera el ombligo del mundo. Tiene 23 años, señores y señoras. A no ser que en los 80 las cosas fueran muy diferentes, a esa edad nadie sabe hacer la o con un canuto. Y menos teniendo un carácter tan ANODINO. A esa edad eres torpe por el mundo, y en lugar de recalcar ese hecho en el libro (y aprovechar para ilustrar la evolución), el peronsaje ya es un personaje perfecto desde el principio con una complejidad cero.

Luego está el hecho de que el final está cogido un poco por los pelos, que todo el mundo parece saber del ajedrez de Montglane (cuando se supone que es alto secreto) y que, llegado a un punto, ya no se desvela nada más. Las páginas empiezan a alargarse, la historia no lleva a ninguna parte y las ideas empiezan a repetirse.

Por lo demás, muy buen libro, oye. Amenos de leer a pesar de las 600 y pico páginas. ¡Lo digo en serio, sin ironía!

Pero lo que más me ha gustado ha sido la traducción, a cargo de Susana Constante. Llamadlo defecto de profesión. Pero, exceptuando algunas erratas ortotipográficas, su presencia ha sido absolutamente invisible. Incluso en párrafos cargantes, descriptivos, culinarios, paisajísticos y enrevesados, la prosa se ha mantenido intacta. Elegante, fluida y fácil de leer. Cuando digo elegante, me refiero a "Elegante". No esa especie de cosa recargada con miles de artificios, que aveces se pone de moda. Lo justo y necesario. Cómodo y agradable de leer. Tal vez no erúdito, pero sí culto. Un lenguaje coherente con el libro.

De esto me he dado cuenta al empezar a leer esta tarde El fuego, y llevarme las manos a la cabeza al encontrar diez erratas en cincuenta páginas. Y no ortotipográficas, precisamente. Los personajes hablando como si fueran adolescentes y ni un chirrido tras otro. Nada que ver con ese estilo tan limpio de la primera parte.

En fins... que será por hablar y quejarme y decir lo que pienso. Porque sí, aunque muchos lo duden porque me acelero, ¡pienso! ¿Luego existo? Existiré, pero si esto es vida...

jueves, 8 de julio de 2010

El eterno retorno



Ya empieza todo de nuevo.
Saldría corriendo así. Hasta llegar a ninguna parte.
Pero nunca es lo suficientemente lejos.

Y sólo puedo decir que lo siento.

martes, 6 de julio de 2010

¡Que me suban las tetas!

Antecedentes: Me he pillado una infección de caballo que me ha tenido dos semanas en la cama y los médicos no saben muy bien por qué ha sido algo tan exagerado. Probablemente tenga que ver con que estoy baja de defensas, porque no me cuido. Así que me hice unos análisis para ver si algo iba mal.

Hoy por fin he ido a recoger los resultados de los análisis. Manso 19, tercer piso, sala de espera. Y cuarenta minutos interminables, pensando qué tengo y qué no tengo. Aunque lo tengo todo, por supuesto. Después de revisarme el Medline plus, he decidido que tengo todas las enfermedades habidas y por haber. Hipotensión e hipertensión simultáneamente si hace falta. Es lo que pasa cuando nunca estás enferma, que cuando te pones mala te asustas y crees que tienes de todo. Y lo peor, la espera. Cuarenta minutos sentada, esperando, llegando tarde al trabajo. Para que te hagan pasar a la consulta y te digan que todavía no tienen los resultados; que vuelvas el viernes. Con muy buenos modos, eso sí.

En otras circunstancias me quejaría. Pero no ha estado tan mal. Cinco minutos después de llegar, una mujer andaluza se ha sentado a mi lado y se me ha puesto a hablar. Frente a la perspectiva de esperar amargada viendo a gente con cara de acelga eintentar distraerme con la señora de al lado, me he decantado por darle conversación. Y ha resultado ser un personaje intersante.

Tenía 75 años (aunque aparentaba 20 menos), iba bien vestida, maquillada y con el pelo perfecto. Lúcida y con un salero que ya me gustaría a mí. Me ha contado toda su vida y he extraído algunos elementos curiosos. En lo que lleva de mes ha visitado a seis médicos (cuatro especialistas) y ha tenido tres operaciones desde enero. Una de ellas para quitarle una berruga con muy mala pinta que le había salido... En quirófano, con anestesia local y todo un equipo de cirugía. Y no se le ocurre otra cosa que preguntar al cirujano que, ya que está, a ver si no le importa mucho levantarle las tetas. Que de aquí a seis meses se queda viuda y tiene que encontrar a uno rico. Me he partido la caja en medio de la sala de espera.

Así que la buena señora me ha seguido dando conversación... porque resulta que tiene una atrofia en la vejiga. Y le han ofrecido operarse, a lo que respondió al médico que no, que no merece la pena. Que hasta no quedarse viuda nadie le toca ahí por ahí abajo excepto ella cuando se ducha. Que cuando se ligue al ricachón ya hablaría con los médicos.

Me he pasado media hora riendo y, cuando por fin me ha llamado la doctora, he visto que la gente de la sala de espera seguía con su cara de acelga mustia. Y me recordó a otro momento, hace un par de años. Cuando me estaba riendo con un francés borracho en el metro (¡el que me invitó a bailar por el trasbordo de Urquinaona!) , mientras la gente seguía con su cara amargada de camino al curro o lo que tenían que hacer.

Así que le he dado las gracias a la señora por la charla y he entrado en la consulta. El viernes tengo que ir a por los análisis (sigo asustadilla), pero la doctora me ha dicho que la boca se me ha curado muy bien. Ahora tengo que seguir cuidándome y no volver a caer en los excesos para subir las defensas. Digo yo... Si ahora ya aguanto todas las horas de trabajo y encima me quedan fuerzas para hacer la compra, recoger, ir al banco y escribir esto... Debe de ser que muy mal no estoy, ¿no?

P.D. Tenía un post de Mucha preparado para hoy, pero esto ganaba. Je, je.


viernes, 2 de julio de 2010

La fabada sí, la fabada no...

Un apunte breve, que es viernes y a estas horas estoy para el arrastre y no llego a más.

Estamos en verano. En Barcelona hace un calor del copón. Mi casa es un ático que se traga todo el sol y parece que el concepto "corriente" no existe. Llego al portal cargada de bolsas del súper y sudando como una cerda. Y a la vecina del cuarto no se le ocurre otra cosa que decirme si iré al País Vasco en agosto a comer potaje.

¿Portaje?
¿¡Potaje!?

Ha matado todas mis neuronas. Las que quedamos vivas después de esta semana de recuperación trabajando. Ya estoy mucho mejor, por cierto. El martes última visita al médico, en la que me dará los resultados de los análisis. Estoy deseando estar buena del todo.

jueves, 1 de julio de 2010

The best of you

Probablemente haya quien disienta de esta afirmación, pero yo creo que lo mejor que tiene el ser humano es su mente. Y no me refiere a las cosas maravillosas de las que es capaz: de recordar, de procesar lenguaje, de reconocer caras, de observar, inferir y deducir... No soy neuróloga, ni psicóloga y no se nada del tema. Pero, como le decía a alguien en un comentario hará un par de días, me gusta entender lo que veo a mi manera. Aunque no sea lo más corriente, ni lo más acertado.

Para mí lo mejor que tiene la mente del ser humano es la manera en que la tiene configurada cada persona. Hay cabezas para todo y para hacer todo tipo de labores. Y el hecho de que ciertas cabezas funcionen bien en cierto tipo de labores es porque están preparadas para ello. Es así como funcionan y viven en el mundo.

Por ejemplo, hasta hace unos meses tenía una compañera de piso publicista. Su cabeza funcionaba mediante conceptos que se representaban en imágenes. No es que realizara esas labores para su trabajo, sino que de la mañana a la noche es así como funcionaba su mente. Yo, por otra parte, soy más verbal. Veo imágenes o tengo conceptos en mi cabeza y los traduzco pra expresarlos mediante palabras. Es un arte que intento ir depurando poco a poco. No para que suene mejor lo que digo, sino para que se acerque más al origen. Del mismo modo, hay gente con una mente lógica. Se expone a elemento a, b, c y deduce, infiere y los relaciona con lo que hay alrededor; "lo ve" a lo Holmes. Y después hay gente cuya cabeza es un almacén de datos. donde todo queda. Y esa bomba de relojería la tiene constantemente en la cabeza. Ellos y todo el mundo. Nadie puede apagar su cabeza.

Sin embargo, este no es el único rasgo de configuración de una cabeza. Por desgracia, como la mía es la única que medio-conozco... También es la única de la que puedo hablar en primera persona. Por eso quiero hablar de mi patrón en telaraña. Porque no es parte de una historia (que también), sino la manera en que estructuro la realidad y todo lo que veo de la mañana a la noche.

Yo tengo una cabeza que ve lo que no hay. Me expongo a elementos a, b, c y, puede que no infiera, pero los relaciono con a', b' y c'; elementos de su misma categoría con los que guardan ciertas semejanzas. Hasta el punto de que mi cabeza se convierte en una especie de telaraña en que hay un montón de líneas cruzadas entre muchas cosas que se parecen. Por eso me gustan los universales del lenguaje. Por eso me gustan los símbolos y arquetipos. No me cuesta verlo, mi cabeza está diseñada para ver esas interrelaciones que no se ven.

Que dices... Joder, vaya chasco. Si tuviera un superpoder me tocaría algo tan cutre e inútil como esto. Ja, ja, ja, ja. Pero me gusta la imagen y, aunque todavía tengo que depurar la teoría, me parece que es una manera de aproximación al mundo bastante acogedora. No es un lugar frío y cuadriculado donde aplicas unas reglas, sino un lugar con un montón de líneas cruzadas entre diversos elementos y tú puedes moverte de un sitio a otro siguiendo los hilos de la telaraña.

¿A santo de qué viene esto? Pues... de otro pequeño descubrimiento. Este interés mío por ver cómo funcionan la configuración de las cabezas ha creado a muchos de mis personajes. Cuando los describo es esta configuración la que los define y todos tienen estructuras mentales muy diferentes. Son como una gama de disposiciones cerebrales diversas... Pero llevadas al extremo.

Qué curioso... Estoy tan casada que no sé si nada de lo que digo tiene sentido. Pero me parece una semilla de verdad deben de tener. Ya revisaré mi teoría cuando tenga la cabeza más clara. Que hoy me he pasado casi todo el día unificando un proyecto y eso me ha secado un poco las nueronas. Me voy a leer un rato... Y si alguien medio entiende mis palabras, o puede extraer algún pensamiento interesante de ellas, yo me quedo contenta.

P.D. ¿Por qué estoy escuchando Boney M? Ra-Ra- Rasputín...

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