lunes, 22 de enero de 2007
De vez en cuando se encuentran cosas que están en esa línea entre la realidad y la ficción. A veces salpican y te acaban contagiando. Y otras veces, no llegan a tanto. Así que solamente te queda seguir envidiando esa ambigüedad, que parece imposible de existir más allá de la puerta de la habitación. Una ambigüedad que resulta más hermosa que ninguna otra cosa, pero que a la vez se vuelve igualmente distante.
En fin, a veces las fotos también cuentan toda una historia: El eterno prometido muerto y la novia abandonada. Y seguirá siendo la eterna novia.
Adoro los personajes de este tipo, con una carga a las espaldas y con la cabezonería de seguir hacia delante aunque sepan que no queda nada por venir que sea mejor de lo que ha habido antes. Y ya no buscan, sólo siguen. De hecho, se quedan congelados en lo que fueron en ese momento. Se vuelven eternos y ¡pum! de repente un arquetipo.
Lo dicho. Que hay fotos con historia.
2 comentarios:
La verdad es que de imágenes como ésta si que se pueden sacar mil palabras con las que formar mil historias...
Y yo robo todas las puedo ^_^ Necesito historias con las que pintar la realidad. Hace muchos años que empecé a hacerlo ya ¿verdad?
*sigh*
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