lunes, 20 de diciembre de 2010

El conocimiento humano

Hoy ha sido uno de esos días simple y llanamente C-A-N-S-A-D-O. He salido de casa que eran las siete y media y he vuelto justas las nueve y diez. He ido a por el desayuno, a por la comida, he estrujado mis neuronas durante mis horas de trabajo, he pateado Barcelona haciendo compras de Navidad, he pasado por un Starbucks para cenar, me he duchado, he recogido la habitación y aquí estoy. Apurando el día, esperando que la tila y las valerianas hagan efecto.

No es una queja, más bien estoy orgullosa de ello. Suena como si fuera una vida... Una vida de verdad, ¿no? Me estoy esforzando mucho por mantener una rutina mínima de comida, de sueño, de orden; todo para seguir levantando cabeza. Creo que es algo bueno. Ahora cada uno de esos pequeños esfuerzos (comer, prepararme las infusiones para dormir, ducharme al llegar a casa, recoger la habitación, sentarme frente al ordenador) parece un paso más para llegar a alguna parte. Hace algunos meses no tenía nada de eso. Cada momento no tenía ni su espacio, ni su tiempo, ni su valor. Ahora toman otra consistencia y creo que el fin de todo es una Vida. Vivir, ese dichoso verbo que se me atraganta... Porque, francamente, creo que nunca le he pillado el tranquillo.

Eso me ha hecho pensar en el conocimiento humano. Sí, en serio. Mientras me comía un sándwich de camino a casa con un BioSolan en el bolso. Creo que tiene que ver con lo poco humana que me siento últimamente. Tal vez ya no me sienta tan Maldita, pero si extraña, extranjera en un mundo que cada vez se me hace más raro. Yo pensaba que casi todo funcionaba de otra forma. Pero estaba equivocada. Ahí es cuando he empezado a valorar el verdadero conocimiento humano.

Me explico. Yo no soy tonta, o al menos eso creo. Igual un poco inculta sí que soy y no tengo conocimientos técnicos ni especializados. Pero no me parece bien que me miren por encima del hombro por no tener nociones de física, política o teoría del caos. A mí si me lo explican, lo entiendo. A veces, incluso rápido. Si me dan un libro donde viene escrito y algo de tiempo, lo comprenderé cuando lo lea. Pero no creo que ése sea el verdadero conocimiento humano. Si así fuera, yo me sentiría más humana porque tengo capacidad de adquirirlo. Es demasiado triste que se reduzca a eso.

Yo creo que el verdadero conocimiento humano se extrae de otra parte. De la vida, de las conversaciones, de las experiencias que te van formando. No sé cómo explicarlo... Pero es ese tipo de material que te hace sentir inmadura cuando hablas con gente mayor que tú. No es un listado de enumeraciones o sentencias, es más bien algo que te va definiendo la mirada y la manera de entender. Por muchos libros de física cuántica que leas, ese conocimiento no lo encontrarás allí. Es el conocimiento del ser humano, de su vida, no de su mente. Por eso la edad puede ser un dechado de virtudes. Quien ha vivido mucho, sabe más que nadie sobre la vida. Pero quien ha vivido mal sólo ha conseguido acumular más años de errores repetidos que te hacen ver esos mismos errores como la verdad absoluta, por eso también es un peligro.

Después también hay otro peligro, creo yo. Y es que la gente que tiene muchos conocimientos mentales, a menudo habla como si supiera mucho de la vida. Puede saber mucho de economía, de política, de ecología, pero a mí no me vale. Creo que los volvería locos preguntando qué significa echar de menos a alguien, qué se siente cuando desarrollas lazos de afecto, por qué hay que envolver un regalo... Y sí, todas estas conversaciones las he tenido. Lo sorprendente es que haya gente que sabe las respuestas y sea capaz de traducirlas a palabras. Yo soy de bases. Cuando consigo llegar al fodo de la cuestión con alguien, es como si tuviera una nueva pieza del puzle (ése del que tengo que cambiar el marco). Lo más curioso es que muchas veces ellos tampoco se han preguntado nada de esto y es al discutirlo cuando lo piensan por primera vez de manera consciente. Y aun así nunca han dudado de su humanidad...

Finalmente, decir que para el conocimiento humano siempre se ha encontrado en gran medida en la literatura, en el arte, en la música. Hoy con este tema no consigo quitarme de la cabeza esta canción de Loquillo. La letra no tiene desperdicio. Un pedacito de conocimiento humano, aunque tal vez nunca lo vayamos a necesitar. Algún día escribiré más de este hombre...




P.D. Hoy soy muy mujer. Eso justifica cualquier sinsentido que haya escrito. Creo que he exagerado más de la cuenta... Pero es como el tono melancólico. No es voluntario, lo tengo en mi manera de divagar.

P.D 2. Gracias por leer. A los que comentáis, que siempre me sorprendéis llegando al final de las entradas... Y a los que sólo me leéis, que tenéis el detalle de decir "te sigo todos los días por el feed" o "te leo aunque no diga nada". Son ese tipo de relaciones extrañas que agradezco.

2 comentarios:

Karstiel dijo...

Yo siempre he hecho distinción entre ambos tipos de conocimientos; es más, recuerdo que también hay una distinción entre la inteligencia estándar y la inteligencia emotiva; pero claro, ¿qué es más interesante?

Se podría decir que la inteligencia emotiva es la mejor para tener una buena vida humana pero, ¿es lo que realmente se quiere? Quizás sí, quizás no, cada uno tendrá su propia respuesta.

Anónimo dijo...

Tampoco encontrarás la iluminación para contemplar el mundo cuántico en la sabiduría popular de la gente, o en lo que saben de la vida. Son conocimientos complementarios y exclusivos (la interersección de sus ámbitos es vacía), pero no excluyentes.

Nos preocupas si comer y tratar de dormir suponen esfuerzos, ¡hay que rebajar la marcha del ritmo de vida de 5º a 4º (al menos) y respirar un poco!

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