jueves, 28 de agosto de 2008
Hoy ha sido uno de esos días en los que he estado deseando volver a casa desde el preciso momento en que he salido por la puerta. Creo que es porque soy mujer, muy mujer, ahora mismo. Por muy banal y frívolo que suene, es horrible salir a la calle y notar que el maquillaje te ha quedado mal, las horquillas no te sujetan el pelo, llevas los rizos deshechos y no has acertado con la ropa. Y notas que encaja perfectamente con tu estado de ánimo tan desequilibrado... ¡Que vuelves a casa y escuchas a Nino Bravo! (Es que el otro día descubrí la canción de Elizabeth, y claro...)
Teniendo este blog un público mayoritariamente masculino (¡gran paradoja!), esto puede sonar peculiar. Y de hecho, hasta hoy no me había preguntado: "¿Desde cuándo me siento mal por estas tonterías?". Así que me he puesto a pensar y tengo la respuesta, para variar. De hecho, tengo hasta el momento exacto, que no creo que se me olvide en la vida.
Estando en Japón tuve una profesora de kanji bastante peculiar. Decía las cosas de una manera demasiado directa y franca, incluso cosas absolutamente innecesarias. Un día aparecí por el pasillo del tercer piso encorsetada, con camisa blanca y falda hasta los pies. Yo no tenía clase con ella pero se me paró a hablar junto a una ventana.
Me dijo que le encantaba verme cuando entraba en la universidad, y que cada mañana ella y otras profesoras solían ponerse en la puerta para verme pasar. No era por las pintas, ni por ser occidental, ni por la cara. Decían que daba gusto ver a alguien bien conjuntada a diario (tema discutible). Que un día podía ir de negro y terciopelo y al siguiente de violeta y corsét. Y después en shorts y al día siguiente volver a mutar para adoptar otra forma. Y se preguntaban cómo aparecería al día siguiente, por pura curiosidad.
Poco antes de venir, un chico americano que conocí de pasada me dijo algo parecido. Y medio borracho en medio de una calle sin iluminación me hizo una reverencia de 90º y me dijo que se alegraba de haberme conocido, porque había aprendido mucho de mí.
Al volver de Japón y ver a la gente por la calle me di cuenta; supongo que al exponerme a la limitada variación cultural en comparación con ese entorno de estudiantes extranjeros. La gente es uniforme, la gente se ajusta a un estilo. Ey, ¡y a la gente le queda bien! Pero esa capacidad de mutabilidad, de creación en la ropa es un tipo de magia que muy pocas veces se ve. Por eso me gusta tanto verlo en algunas de las personas que conozco. Quedas con ellos y te preguntas: ¿Cómo vendrán hoy? Y cuando los ves, aprecias ese estilo perfecto, tan propio que resulta inimitable y que no obedece a nombres ni categorizaciones. Así que te esfuerzas por no quedarte atrás.
Estética pura y dura, damas y caballeros. Y un verdadero encanto. Como me dijeron entonces, es como ver flores entre el asfalto.
Teniendo este blog un público mayoritariamente masculino (¡gran paradoja!), esto puede sonar peculiar. Y de hecho, hasta hoy no me había preguntado: "¿Desde cuándo me siento mal por estas tonterías?". Así que me he puesto a pensar y tengo la respuesta, para variar. De hecho, tengo hasta el momento exacto, que no creo que se me olvide en la vida.
Estando en Japón tuve una profesora de kanji bastante peculiar. Decía las cosas de una manera demasiado directa y franca, incluso cosas absolutamente innecesarias. Un día aparecí por el pasillo del tercer piso encorsetada, con camisa blanca y falda hasta los pies. Yo no tenía clase con ella pero se me paró a hablar junto a una ventana.
Me dijo que le encantaba verme cuando entraba en la universidad, y que cada mañana ella y otras profesoras solían ponerse en la puerta para verme pasar. No era por las pintas, ni por ser occidental, ni por la cara. Decían que daba gusto ver a alguien bien conjuntada a diario (tema discutible). Que un día podía ir de negro y terciopelo y al siguiente de violeta y corsét. Y después en shorts y al día siguiente volver a mutar para adoptar otra forma. Y se preguntaban cómo aparecería al día siguiente, por pura curiosidad.
Poco antes de venir, un chico americano que conocí de pasada me dijo algo parecido. Y medio borracho en medio de una calle sin iluminación me hizo una reverencia de 90º y me dijo que se alegraba de haberme conocido, porque había aprendido mucho de mí.
Al volver de Japón y ver a la gente por la calle me di cuenta; supongo que al exponerme a la limitada variación cultural en comparación con ese entorno de estudiantes extranjeros. La gente es uniforme, la gente se ajusta a un estilo. Ey, ¡y a la gente le queda bien! Pero esa capacidad de mutabilidad, de creación en la ropa es un tipo de magia que muy pocas veces se ve. Por eso me gusta tanto verlo en algunas de las personas que conozco. Quedas con ellos y te preguntas: ¿Cómo vendrán hoy? Y cuando los ves, aprecias ese estilo perfecto, tan propio que resulta inimitable y que no obedece a nombres ni categorizaciones. Así que te esfuerzas por no quedarte atrás.
Estética pura y dura, damas y caballeros. Y un verdadero encanto. Como me dijeron entonces, es como ver flores entre el asfalto.
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9 comentarios:
Me ha encantado esta entrada!
Yo, personalmente, no considero tontería el combinar la ropa,es más creo que es algo muy importante al igual que el proceso de cada mañana (o antes de salir) de estar frente al armario y empezar a seleccionar las prendas como en conjunto. Y lo más interesante en relación a todo, estado anímico, timepo meteorológico, personas y sitios a dónde te dirijes.
Pero no entrando en vanalidades, creo que para mi son propiedades del estilo.
Por suerte, tengo muchísimos amigos con un estilo fantástico (tu, evidentemente una de éllas) y envidiable. Es más creo que casi todos, además dentro de muy diferentes modas y tendencias.
Lo dicho, la verdad es que me encanta hablar de estilo de moda, y en mi opinión no se trata de vanalidad, ni marcas, etc. Si no de buena elección y gusto. Y como has dicho de combinación.
pd: Como se puede ver, me ha encantado esta entrada!! Besotes!
¡Gracias por el comentario, Héctor! No sabes la ilusión que me hace tenerte por aquí, jejeje ^_^.
A veces piensas que estás escribiendo puros desvaríos, pero luego te das cuenta de que alguien ha pensado lo mismo que tú de una manera completamente independiente.
El otro día comentaba con alguien que, precisamente, la estética en cuanto a ropa e imagen que transmitimos es uno de los pocos medios que nos quedan de expresión anímica directa. Por eso es una lástima que las modas echen por suelo todas estas teorías simbólicas y lo conviertan en pura "moda" estipulada por convención que no dice nada. Uala... se nota que lo he pensado un poco, jeje.
La gran variedad que mueda la gente, las modas, las tendencias... Yo creo que este fenómeno es precioso de apreciar sea cual sea el estilo. Sí, sí, flores entre el asfalto.
Jo, chico... Deberíamos quedar algún día para echar un café. Yo siempre estoy muy liada... pero como salgo a las 7 del trabajo a veces cae un cafe+cena del Starbucks. Un besito, y me da penita no haber tenido oportunidad de hablar más contigo v_v
Yo siempre he dicho que visto de negro por no saber combinar...
Que no, hombre, que es broma. Lo que sí es cierto es que, aunque un día use unos pantalones descoloridos y cortados junto a una camiseta pintada, mientras que al día siguiente vaya con camisa y chaqueta, siempre sigo una especie de mismo patrón. Uno muy simple.
¿Seré estático? me gustaría saber si verdaderamente soy inmutable y repetitivo, así me quitaría la incertumbre sobre mi futuro.
O simplemente no necesitas mutar y mutar y reencontrarte en miles de expresiones para saber quién eres. No te conozco demasiado, pero me parece que tu imagen es compacta, y el caos se encuentr dentro.
La gente es curiosa. De la gente se puede aprender mucho, incluso demasiado. Porque los principios de uno mismo sólo sirven para uno mismo. Entrar en los de otra persona es como traspasar el umbral a un universo ajeno en el que las reglas naturales son tan completamente diferentes que te trastocan y tienes que empezar de cero.
Odio la gente. Adoro los individuos. Me encantan las diferencias... Salgo huyendo cuando encuentro a un semejante, aunque el prisma cambie.
Hmmm... Lo sé, hablo demasiado.
¿Kanji? Quién tuviera paciencia para poder hablar y entender el japonés...
No te preocupes mujer, estoy seguro que como te dijo ese día tu profesora de Kanji, tu tienes estilo y eso es algo que nunca se pierde. Un rosal que en un determinado momento está mal cuidado sigue teniendo todo el porte y el estilo de un rosal, es algo que nunca lo pierde, solo hay que ponerle agua y podarlo un poco para que vuelva a lucir radiante como cuando estabas en japón.
Pd:A mi mis amigos me dicen que parezco un mafioso (ya vista de negro, con chupa, sin chupa, de traje, en chandal...)XD
Pd2: Tú si que molas :P
La verdad es que el japonés, aunque idioma difícil, es agradecido. Cuesta pero te descubre un mundo de conceptos y estructuras nuevas. Y eso... no se encuentra todos los días.
¿Mafioso? *_*
Ju... tiene muuuucho encanto. Un estilo que a mí jamás de los jamases me pegaría, pero que agradecería ver por la calle un poco más. Y si encima lo llevas hasta con chándal... ¡Tío, quiero un autógrafo! Jeje.
Yo por mi parte trato de oscilar... Mi última afición son los años 50, de ahí hasta vestidos de época y la prenda estrella de mi armario: el corsé. Jajajaja. Todo y nada, como la luna y como el agua. Así, bien dicho... ¡Pero juro que se intenta!
Es que el corsé es una prenda que dicho así rapido "lo mola mil" XD
Lo dicho, molas :P
Pd:Ya te agregué al msn(a ver si te conectas y hablamos xD)
en la vida hay que abarcar mucho
ser multidisciplinar, poliédrico y multidimensional y pasar un rato largo de quienes dicen que todo eso denota una fragil personalidad.
Más vale ser un poco como un arco iris que un manchurrón uniforme.
Y a pesar de ser chapapote con piernas somos más arco iris que los demás.
Y con esto me voy a escribir un libro de autoayuda porque seguro triunfo XDDDDDDDD
Verte siempre es grato
Destroyer => Aysh, con el horario rotado que llevo últimamente se me va a hacer difícil coincidir contigo, me parece. Soy de las almas nocturnas que dejan pasar las mañanas en la cama. Como dice la canción: If I don't see the morning, that's ok they're pretty boring. See you tomorrow afternoon!
We don't see eye to eeeeeeye, I'm on your sideeeeee. Vale, lo reconozco, me he emocionado.
Saturnal => Ay, cariño... qué razón tienes. Chapapote con piernas tú y yo, disfrazadas de mil cosas. Pero desde que hemos vuelto al viejo color de pelo, como que nos podemos permitir más libertades en el vestir, ¿no crees? Yo también opto por el arco iris, no estoy como para estancarme en una sola imagen, que suficientemente estancados están otros aspectos de mi vida. ¿No notas a veces como si el agua no fluyera y todo se convirtiera en una charcha pestilente? Tenemos cuarto de siglo, no podemos seguir así.
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