lunes, 13 de abril de 2009
Aunque parece que el invierno se niega a dejarnos, al menos en tierras Barcelonesas. Los chaparrones intermitentes y los últimos coletazos del frío que ya debería haber desaparecido prolongan la despedida. Yo no me quejo, prefiero el frío al calor; y un día más de frío equivale a un día menos de calor veraniego.
Sin embargo, la luz es de primavera. Hemos cambiado la hora, oscurece más tarde y a la salida del trabajo hay menos ganas de volver directa a casa y acabo paseando tres cuartos de hora en lugar de coger el metro.
A mí me afecta la primavera. Estoy inquieta. O tal vez sería mejor decir que no paro quieta. No puedo concentrarme, no puedo tranquilizarme y voy hecha un manojo de nervios por la casa; eso cuando no me paso dos días en la cama viendo las horas pasar porque voy tan acelerada que no puedo hacer nada más. Menuda "tan-ansiada-Semana-Santa" he pasado con la tontería.
Anoche ya no lo soportaba más, terminé un juego de Sherlock Holmes y mi compañera de piso y su novio me arrastraron a cenar. Íbamos a ir a un sitio chulo, del que no te puedes permitir todos los días... Acabamos en el Mesón Manolo de aquí al lado con un plato de bravas, otro de croquetas caseras y un plato combinado por cabeza. Y mientras nos lamentábamos de nuestra cutrez absoluta, no se nos ocurrió otra cosa que ir al bingo que hay unas calles más arriba.
¡Ese lugar es un mundo aparte! ¡Un portal hacia otra dimensión! Yo nunca había ido a ninguno y me quedé fascinada... De lo cómodas que son las butacas tapizadas de rojo, de la gente que hay, de lo barata que sale la cena (4,30) y de lo bien que pintaba, de la chica que vendía cupones a toda velocidad, de la manera de cantar los números y de los dos euracos que te sablaban con cada cartón. Fascinante, fascinante... Los premios por línea oscilaban entre 60-70 euros y los de bingo, entre 350-500. Las mesas son redonda y en el centro hay una pantallita en la que van saliendo los números y ayer por ser noche de domingo el chocolate con churros nos salió gratis. Los cubatas a tres euros. Los gin-tonics (que en realidad eran tónicas) no nos los trajeron nunca. Algo de lo más fascinante, sí señor. La próxima vez vamos a la cena.
Evidentemente no ganamos ni un duro, pero nos quedamos a tres número en varias ocasiones.
Sin embargo, la luz es de primavera. Hemos cambiado la hora, oscurece más tarde y a la salida del trabajo hay menos ganas de volver directa a casa y acabo paseando tres cuartos de hora en lugar de coger el metro.
A mí me afecta la primavera. Estoy inquieta. O tal vez sería mejor decir que no paro quieta. No puedo concentrarme, no puedo tranquilizarme y voy hecha un manojo de nervios por la casa; eso cuando no me paso dos días en la cama viendo las horas pasar porque voy tan acelerada que no puedo hacer nada más. Menuda "tan-ansiada-Semana-Santa" he pasado con la tontería.
Anoche ya no lo soportaba más, terminé un juego de Sherlock Holmes y mi compañera de piso y su novio me arrastraron a cenar. Íbamos a ir a un sitio chulo, del que no te puedes permitir todos los días... Acabamos en el Mesón Manolo de aquí al lado con un plato de bravas, otro de croquetas caseras y un plato combinado por cabeza. Y mientras nos lamentábamos de nuestra cutrez absoluta, no se nos ocurrió otra cosa que ir al bingo que hay unas calles más arriba.
¡Ese lugar es un mundo aparte! ¡Un portal hacia otra dimensión! Yo nunca había ido a ninguno y me quedé fascinada... De lo cómodas que son las butacas tapizadas de rojo, de la gente que hay, de lo barata que sale la cena (4,30) y de lo bien que pintaba, de la chica que vendía cupones a toda velocidad, de la manera de cantar los números y de los dos euracos que te sablaban con cada cartón. Fascinante, fascinante... Los premios por línea oscilaban entre 60-70 euros y los de bingo, entre 350-500. Las mesas son redonda y en el centro hay una pantallita en la que van saliendo los números y ayer por ser noche de domingo el chocolate con churros nos salió gratis. Los cubatas a tres euros. Los gin-tonics (que en realidad eran tónicas) no nos los trajeron nunca. Algo de lo más fascinante, sí señor. La próxima vez vamos a la cena.
Evidentemente no ganamos ni un duro, pero nos quedamos a tres número en varias ocasiones.
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8 comentarios:
Nunca he estado en ninguno... pero un compañero de trabajo estuvo trabajando (redundancia al canto) tres años en uno... Dice que nunca ha visto gente más extraña que en esas noches "bingueras"
Creo que fue por la novedad, pero no pude fijarme en los detalles tanto como me hubiera gustado. Tengo una impresión de conjunto, pero me gustaría ver a esa gente más de cerca. Seguro que cada uno tiene su propia historia, retorcida, y se juntan en una habitación tapizada con gente con otra historia retorcida. En su extrañeza era grotesco. ¡Tengo que documentarme!
Fijo que en esos sitios se destina el dinero a sectas satánicas, de esas de roleros donde nadie conoce a nadie, y ponen vírgenes bomba en semana santa.
(Eso o celebran "Los misterios" Dionisiacos.)
Lo mismo son paranoias mías, pero yo no me fiaría mucho de volver.
Ay, en fin, con lo temprano que es y yo soltando estas tonteridas. Pensaba que no volvería a encontrarme con usteda en el mundo de internet, qué sorpresa : P
Tampoco he pisado uno, pero la próxima vez me fijaría que las pantallitas donde salen los números no hacen interferencias estilo "Mas allá del límite", ni deja vús con gatos negros XD no sabeis donde os meteis XD
P.D: Seguramente en Mesón Manolo comisteis mejor que en sitios de nouvelle cousin. El buen llantar = plato caliente casero
Que cutrez el Mesón Manolo, si tiene todo un nombre de culto! no será para tanto :3.
La verdad que son curiosos los bingos, pero la unica vez que he ido lo pasé mal, que es esto de estar dos veces seguidas a un número del bingo!!!
Saludines :**
2.- Yo también me alegro de volver a verte. La entrada de tu blog con la que me encontré me pareció llegada en el momento oportuno ^_^. Lo del bingo... Shhhh, es un secreto pero volveré a pasarme para hacer un informe detallado de la logía. Y creeme, que ahí más que vírgenes había "misterios" dionisiacos y camareros circulando.
3.- Puf... Lo del Mesón Manolo no lo voy a olvidar en la vida. Tanto frito y tanta aceite me tienen a tortas de arroz porque me he puesto malita del estómago. De esta adelgazao... Respecto a las pantallas del bingo, mentiría si dijera que no me pareció percibir ningún mensaje subliminarl. Lo dicho, la próxima vez cuelo una minicámara en el recinto.
4.- ¡Te necesitamos en nuestro equipo! Que nosotros nos quedamos a tres... Tú... ¡Tú puedes hacer que nuestra suerte cambie! Lo del Mesón Manolo... juro que no me pasaré en una temporada. Me ha destrozado el estómago y hasta las vísceras. Pur cierto, tengo tus cartas perfumadas ^_^
Viva el Mesón Manolo de los chinos de aquí al lado!!!!!
LA fritanga...psss pero las bravas estavan de muerte, o no?? ¬¬
Lo de cantar línia o bingo se lo dejamos a Sebas que a nosotras nos da verguenza... estubimos a punto... por 3 números... casi casi
¿¿Lo mejor de la noche?? La voz sesual de la mujer que cantaba los números... Dios, yo quiero trabar de eso, - Mmmm.. el 34, 3...4...mmm
Jajajajajaja XD
A la próxima, con Nerea y con quien más se apunte, coño, que a partir de las 12 de la noche, el chocolate con churros te lo regalan ^^
Apa, adéuuuuuuuuuu
PS: No te vicies tanto al Sherlok... Que estoy en la sala y no se para de escuchar, - Mmmm, me faltan pistas.
Eso, eso... Seguro que conseguimos liar también a Fabio... Y puedo avisar también a Arashi y Clara para que se vengan. Igual se apuntan, oye. Así hacemos un reportaje a color del video y hacemos historia... Que seguro que los abueletes sea cuerdan de un grupo como ése toda la vida. XDD
P.D. Preparasus, que ahora mismo me pongo con el Sherlock. Juas, juas, juas.
Hm... Necesito más pistas.
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