lunes, 20 de agosto de 2012
Hace unos meses vi una serie danesa titulada Forbrydelsen (The Killing). Me la habían vendido como una buena serie de detectives, con un asesinato irresoluble que abarca toda una temporada. Le di una oportunidad y me gustó, tanto que a día 20 de agosto he decidido invertir mi tiempo en hacerle una reseña.
LA SERIE
La serie comienza con el asesinato de la joven Nanna Birk Larsen en extrañas circunstancias. Una pareja de detectives es asignada al caso, que se perpetúa a lo largo de 20 episodios de 55 minutos y se enreda sobre sí mismo una y otra vez. Puede que este detalle parezca innovador (yo solo lo he visto en Twin Peaks y creo que también aparece en The Wire), pero no es lo único que se desmarca del habitual formato de las series americanas.
La serie comienza con el asesinato de la joven Nanna Birk Larsen en extrañas circunstancias. Una pareja de detectives es asignada al caso, que se perpetúa a lo largo de 20 episodios de 55 minutos y se enreda sobre sí mismo una y otra vez. Puede que este detalle parezca innovador (yo solo lo he visto en Twin Peaks y creo que también aparece en The Wire), pero no es lo único que se desmarca del habitual formato de las series americanas.
El reparto: Hasta ver algo como esto, no eres consciente de lo tipificados que están los personajes a los que estamos acostumbrados. Más guapos o más feos, pero todos igualmente únicos, llamativos e inconfundibles. Con un físico y un carácter marcados, como cortados mediante cúter con líneas bien definidas. De Forbrydelsen resulta llamativo justo lo contrario. No te girarías para mirar dos veces a ningún miembro del reparto, ya que son rostros normales y corrientes que desaparecen en la memoria. Lo mismo ocurre con el carácter, exceptuando a Sarah (ella tiene su propio apartado más abajo) nadie tiene rasgos remarcables. Ni investigadores geniales, ni malos muy malos, ni buenos muy buenos, ni nadie único en su especie. Todo el mundo es reemplazable y cualquier rostro anónimo podría ocupar su lugar.
El ritmo: Adiós a la acción trepidante, las persecuciones y los tiroteos. Por supuesto que aparecen, pero solo cuando tienen sentido y no para rellenar los 15 últimos minutos de episodio porque a)toca o b)nos falta guion y no vamos a pensarlo. Es una investigación policial, sesuda, con cosas que salen bien y cosas que salen mal; no una película de acción. Haciendo una metáfora para los más técnicos, digamos que es una aventura gráfica y no un Duke Nukem. O si te descuidas, incluso una aventura conversacional.
El enfoque: La historia va alternando tres enfoques diferentes: la investigación policial, la familia de la víctima y los DILEMAS ÉTICOS de la clase política al verse salpicada por el crimen en plena campaña electoral. Esto le da al crimen una dimensión más humana, ya hay tiempo de apreciar la desolación humana que deja a su paso y las repercusiones en la sociedad. No hablo de los cinco minutos de gloria en los que el padre de la víctima llora desconsoladamente sobre el cadáver. Aquí el padre de la víctima tiene un tercio de la serie para ver como el mundo se hunde bajo sus pies y toda su vida se vuelve del revés.Sin simplificaciones ni tópicos, como la vida misma.
¿Un tostón para algunos? Seguro, pero con un 8,5 en el imdb, éxito de audiencia en Gran Bretaña y con una tercera temporada en marcha. Supongo que hasta un mundo de plástico como el nuestro agradece de vez en cuando personajes imperfectos que se comporten como nosotros. Que de tanto ver la perfección en televisión, acabamos siendo nosotros los que queremos imitar a la ficción.
LA PROTAGONISTA
Luego, está Sarah. Creo que muchas cosas en esta vida podrían acabar con esa muletilla: "Luego, está Sarah". Puedo decir sin temor a equivocarme que Sarah Lund es un personaje como no he visto en la vida. No porque sea formidable, sino por todo lo contrario.
Sarah es una mujer de mediana edad, morena, de ojos marrones, divorciada, sin amigos, con un hijo para el que no tiene tiempo, una madre a la que no escucha, un novio al que no le devuelve las llamadas, un jefe al que no hace caso y un compañero de trabajo al que deja con la palabra en la boca cada vez que tienen una conversación. Sarah es borde, seca, obsesiva, terca y el paradigma de lo antisexy. Todo ello sin resultar atractiva para el espectador en ningún momento (al estilo Sherlock), sino apática hasta la saciedad.Y aún así le coges cariño, que es lo peor.
Pero Sarah Lund aún es mucho más. Sarah es imperfecta. Imperfecta como ser humano que la lía cada dos por tres con deducciones equivocadas e imperfecta como estereotipo de mujer. Con el pelo recogido en una cola de caballo y ropa funcional sobre todas las cosas, se pasa prácticamente toda la temporada con el mismo jersey horrible, unos vaqueros gastados y unas botas de invierno. El trabajo es lo primero, el trabajo es lo único y es fácil ver las consecuencias. Todo se desmorona a su alrededor, hasta convertirse en un ejemplo que nadie querría imitar.
Sin embargo, a mí me encanta porque es de verdad y la he visto en el espejo del baño muchas mañanas y muchas noches (como tantas otras personas que conozco). Si ya lo decía mi madre: todas esas mujeres de la tele son falsas, que cuando vas hasta arriba lo último de lo que te preocupas es de teñirte el pelo, ir conjuntada o ser simpática con la gente. Lo curioso es que hasta ahora nunca me lo había topado en la ficción. Así que me uno al grito: ¡larga vida al jersey de Sarah Lund!
P.D. Estas navidades me compro un jersey de esos. O lo hacemos en casa, que es más barato.
Sin embargo, a mí me encanta porque es de verdad y la he visto en el espejo del baño muchas mañanas y muchas noches (como tantas otras personas que conozco). Si ya lo decía mi madre: todas esas mujeres de la tele son falsas, que cuando vas hasta arriba lo último de lo que te preocupas es de teñirte el pelo, ir conjuntada o ser simpática con la gente. Lo curioso es que hasta ahora nunca me lo había topado en la ficción. Así que me uno al grito: ¡larga vida al jersey de Sarah Lund!
P.D. Estas navidades me compro un jersey de esos. O lo hacemos en casa, que es más barato.
Etiquetas: Arquetipos y simbología, Cine y TV
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4 comentarios:
Realmente debe de ser curioso que un personaje así gane la vida, cuando lo que busca la sociedad es mostrar lo "guay" que somos y que tenemos que ser.
Pues apuntando la serie, a ver si hay algún momento para verla :D
¡Madre mía, te has leído toda la parrafada! Ayer estaba devanando los sesos para escribir la entrada y no estaba segura de haber dejado la idea clara. Ja, ja, ja, ja. Llevo tanto tiempo sin escribir que tengo que volver a coger práctica.
Pero sí, sí, fue precisamente el hecho de que no es guay ni lo aparenta. Ni la protagonista ni nadie que sale en la historia... Se hace extraño, porque notas claramente el contraste con lo que nos meten habitualmente en la cabeza.
El jersey, si lo haces, mejor liso sin esas cosas marrones XD.
P.D: Entre aventura gráfica y Duke Nukem hay un término medio: la "caza" y "acecho" en una estepa desolada de la franquicia rusa S.T.A.L.K.E.R. No se si el Sr. Karstiel le dio a éste.
¡Hereje! ¿Cómo se te ocurre? ¿Quitarle las cosas marrones? Entonces... ¡Entonces parecería normal! Hay otro en versión blanco sobre marrón e incluso un tercer jersey rojo (segunda temporada), pero... Ya pierden su esencia antiglamurosa.
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