sábado, 23 de enero de 2010
Es curioso, ¿sabes?
Es muy curioso.
Que me digas que me quieres cuando sólo puedo Ser si nadie mira. Del resto, ¿cuántas son mentiras por terror? Entonces me pregunto si me mientes, si me intuyes o si acaso eres tú el del espejo mágico que espía.
La madre que... Que alguien pare mi cabeza. Esa treintena de pensamientos recurrentes que generalmente gritan en mi cabeza como banshees enloquecidas me dan jaqueca. Pero hoy guardan sobrio respeto me parece; y están fuera. Como pequeñas lucecitas, hadas que sobrevuelan mi habitación de cuando era niña. Al mismo ritmo al que caen los copos de nieve; sí, ése es el ritmo. Y en la penumbra del cuarto hay como una treintena de cálidas luces suspendidas. Son familiares, mis pensamientos recurrentes. ¿Cómo es posible que estas luces silenciosas se conviertan en demonios lunáticos cuando vuelven a entrar?
Mientras escribo, estoy simultáneamente colgando del techo y mirándome a la cara. Y tengo extrañas ideas con la maraña-telaraña de mi pelo que me asfixia. Pero bueno, no me quejo. Por lo menos hoy no gritan, aunque sigo teniendo jaqueca.
El domingo por la noche vuelvo a Barcelona. Hasta entonces seguiré como Holmes en 1897, pero sin Pie del diablo. Después vuelta a la realidad y trazar un nuevo plan de ataque. Ya no me sirve aguantar.
Y en realidad me gusta lo que me ofrece mi mente.
Y sí, escribo en viernes noche a sabiendas (ahora) de que en fin de semana nadie mira los blogs porque generalmente lo hacen en horario de oficina.
Es muy curioso.
Que me digas que me quieres cuando sólo puedo Ser si nadie mira. Del resto, ¿cuántas son mentiras por terror? Entonces me pregunto si me mientes, si me intuyes o si acaso eres tú el del espejo mágico que espía.
La madre que... Que alguien pare mi cabeza. Esa treintena de pensamientos recurrentes que generalmente gritan en mi cabeza como banshees enloquecidas me dan jaqueca. Pero hoy guardan sobrio respeto me parece; y están fuera. Como pequeñas lucecitas, hadas que sobrevuelan mi habitación de cuando era niña. Al mismo ritmo al que caen los copos de nieve; sí, ése es el ritmo. Y en la penumbra del cuarto hay como una treintena de cálidas luces suspendidas. Son familiares, mis pensamientos recurrentes. ¿Cómo es posible que estas luces silenciosas se conviertan en demonios lunáticos cuando vuelven a entrar?
Mientras escribo, estoy simultáneamente colgando del techo y mirándome a la cara. Y tengo extrañas ideas con la maraña-telaraña de mi pelo que me asfixia. Pero bueno, no me quejo. Por lo menos hoy no gritan, aunque sigo teniendo jaqueca.
El domingo por la noche vuelvo a Barcelona. Hasta entonces seguiré como Holmes en 1897, pero sin Pie del diablo. Después vuelta a la realidad y trazar un nuevo plan de ataque. Ya no me sirve aguantar.
Y en realidad me gusta lo que me ofrece mi mente.
Y sí, escribo en viernes noche a sabiendas (ahora) de que en fin de semana nadie mira los blogs porque generalmente lo hacen en horario de oficina.
Etiquetas: Ego-neuras
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4 comentarios:
Generalmente cierto es que nadie mira a esas horas pero, para algo está la eternidad de la red de redes (sí, inclusive es mayor que la telarañas de su habitación!!)
Y shhh, vive los recuerdos de nuevo y vuelve a digerirlos bajo tu nueva vida.
Sí, mi nuevo vida. Creo que ahí está parte del problema. Siento como si me hubiera despertado después de una larga travesía en barco, sólo para descubrir que el rumbo se había alterado ligeramente. Tan concentrada he estado en mil cosas, que no he tenido tiempo de controlar el timón. Y ahora tengo dos problemas:
1.- Que no sé dónde estoy
2.- Que no sé adónde quiero ir
Pero me he dado cuenta de que ambas preguntas son fundamentales. Ojalá no tuviera también la sensación de haber perdido las dos últimas amarras que me ataban a tierra firme. Menos mal que ya me tomo estas cosas con toda la filosofía del mundo que si no... En esto consiste el juego.
Singenio nivel 26 ^^
Bienvenida al club...
¡Y muy bien! Por cierto, por un instante creía que te automentabas como persona de nombre "Singenio" con un nivel 26 de poder... :S
Pues súmale uno, que ahora soy de nivel 27. ¿¡Alguien duda aún que vaya conquistar el mundo!? Mwa, ja, ja, ja, ja...
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