viernes, 8 de enero de 2010
Antes de que la religión griega se asentara en la península itálica, moraba antaño por ahí un viejo dios llamado Jano. Uno de esos señores verdaderamente primitivos, en cuya esencia se pueden paladear historias de otros tiempos y bosques primigenios. Imagino que por eso, entre los mitos que lo circundan, casi siempre aparece asociado a Saturno y el Caos.
Jano era el dios de las puertas. Su efigie, un hombre barbado con una cara mirando hacia adelante y otra hacia atrás, protegía los umbrales. Con sus dos rostros podía velar en ambas direcciones simultáneamente.
Pero yo le encuentro algo curioso a esto. ¿No es extraño que uno de los pocos dioses que han perdurado de una religión sea simplemente una deidad-portera? ¿No deberían ser señores todopoderosos del cielo y la naturaleza? Puede que no nos hayan llegado porque en su momento no los representaron o porque muchos se difuminaron con las mitologías invasoras. Pero aun así es extraño que Jano haya llegado hasta nuestros días.
Supongo que algún señor importante ya lo habrá dicho antes que yo, pero el tiempo y el espacio muchas veces se confunden. Y todo lo que se aplica a lo uno, se puede aplicar también a lo otro. Así, si Jano era el señor de los umbrales físicos, probablemente también lo fuera de las puertas temporales. Lo cual lo convierte directamente en un dios cíclico. De hecho, la raíz del mes de Enero (January) proviene precisamente de este señor: Jano. Incluso en latín, había un término concreto para referirse a las puertas y derivado de este nombre: janua. Me ha dado por pensar que las "jambas" de las puertas podrían provenir de aquí. Pero no, la RAE dice clramente que viene del francés jambe. Lástima, era una bonita hipótesis.
Ahora bien, como dios temporal, tenemos que Jano tiene un rostro mirando al futuro y otro al pasado. El comienzo y el final reunidos en un mismo concepto que los interrelaciona. Muchas veces se le honraba al iniciarse proyectos o toda suerte de actividades. Pero yo nunca diría que Jano era el dios de los principios. Lo es del futuro con un pasado a sus espaldas. Eso me gusta. Te hace recordar que hay tiene lanzos invisibles desde el pasado hasta el futuro.
Me he pasado tres semanas intentando clausurar el año y terminar un ciclo. Que se inicie otro y mi vida haga RESET, que vuelva a empezar con todo limpio. Pero llego a Enero y el mes me dice desde el calendario: "Para ver hacia dónde vas, debes mirar también por dónde has llegado hasta aquí." Todas las mañanas, sin falta, mientras me bebo el cafe.
Vivo en un mundo de símbolos. Y últimamente me siento muy inhumana. O deshumanizada. Debe de ser por eso que rehuyo compañías durante estos días.
¿Es o no es maravilloso que un solo ente llamado Jano pueda reunir un concepto tan complejo en sí mismo? Conceptos que hemos perdido como tales. Traducción intersemiótica.
Jano era el dios de las puertas. Su efigie, un hombre barbado con una cara mirando hacia adelante y otra hacia atrás, protegía los umbrales. Con sus dos rostros podía velar en ambas direcciones simultáneamente.
Pero yo le encuentro algo curioso a esto. ¿No es extraño que uno de los pocos dioses que han perdurado de una religión sea simplemente una deidad-portera? ¿No deberían ser señores todopoderosos del cielo y la naturaleza? Puede que no nos hayan llegado porque en su momento no los representaron o porque muchos se difuminaron con las mitologías invasoras. Pero aun así es extraño que Jano haya llegado hasta nuestros días.
Supongo que algún señor importante ya lo habrá dicho antes que yo, pero el tiempo y el espacio muchas veces se confunden. Y todo lo que se aplica a lo uno, se puede aplicar también a lo otro. Así, si Jano era el señor de los umbrales físicos, probablemente también lo fuera de las puertas temporales. Lo cual lo convierte directamente en un dios cíclico. De hecho, la raíz del mes de Enero (January) proviene precisamente de este señor: Jano. Incluso en latín, había un término concreto para referirse a las puertas y derivado de este nombre: janua. Me ha dado por pensar que las "jambas" de las puertas podrían provenir de aquí. Pero no, la RAE dice clramente que viene del francés jambe. Lástima, era una bonita hipótesis.
Ahora bien, como dios temporal, tenemos que Jano tiene un rostro mirando al futuro y otro al pasado. El comienzo y el final reunidos en un mismo concepto que los interrelaciona. Muchas veces se le honraba al iniciarse proyectos o toda suerte de actividades. Pero yo nunca diría que Jano era el dios de los principios. Lo es del futuro con un pasado a sus espaldas. Eso me gusta. Te hace recordar que hay tiene lanzos invisibles desde el pasado hasta el futuro.
Me he pasado tres semanas intentando clausurar el año y terminar un ciclo. Que se inicie otro y mi vida haga RESET, que vuelva a empezar con todo limpio. Pero llego a Enero y el mes me dice desde el calendario: "Para ver hacia dónde vas, debes mirar también por dónde has llegado hasta aquí." Todas las mañanas, sin falta, mientras me bebo el cafe.
Vivo en un mundo de símbolos. Y últimamente me siento muy inhumana. O deshumanizada. Debe de ser por eso que rehuyo compañías durante estos días.
¿Es o no es maravilloso que un solo ente llamado Jano pueda reunir un concepto tan complejo en sí mismo? Conceptos que hemos perdido como tales. Traducción intersemiótica.
Etiquetas: Arquetipos y simbología
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6 comentarios:
Curiosamente el Sr. Arthur C. Clarke eligió Jano, la luna de Saturno como guardiana del monolito que contenia la puerta a las estrellas. Por lo visto se ve que leía a los clásicos XDD
Si es que sólo hace falta volver la vista atrás para entender muchas cosas que nos rodean. XD
Jano era, con mucho, uno de los dioses más importantes para los romanos, aunque a nosotros no nos lo parezca porque hasta nosotros la religión romana ha llegado muy helenizada :).
Todas las ceremonias religiosas en Roma se iniciaban con una invocación a Jano. Para llegar al "mundo" de los dioses, era necesario que el Dios de las Puertas te dejara pasar... Creo que ahí está la clave de porqué mantuvo su importancia mientras otros dioses propiamente romanos iban perdiendo fuerza.
Por cierto, a lo mejor Jambe procede de Janua ;)
¡Te hemos echado de menos hoy!
¡Gracias! ¡Mira por qué era! Si es que Holmes me odiaria... ¡Hacer hipótesis sin tener todos los datos! Juas, juas, pero tampoco iba tan desencaminada.
Pero ahora sí que queda como dios de los umbrales que mira a ambos lados. Y no sólo como eso, sino también como dios que permite atravesarlos. Y si consideramos atravesar umbrales, como iniciar un nuevo camino, no me extraña entonces eso que leí en alguna parte de que era el dios de los caminos. Hum...
Y mira que pensé lo del francés... pero... Bueno, si te pones de pie con las piernas abiertas hacen una especie de umbral, ¿no? XD
Espero que lo pasarais bien, aunque con la comitiva que ibais seguro. Jis, jis, yo he tenido un pequeño problema logístico en casa. Al hacer la limpieza de Año Nuevo me encontré con una legión de fantasmas debajo de la cama y estoy con ello. ¡Pero intentaré ir como sea a la cena de la semana que viene! ^^
Muy interesante, sep. Y bien observado lo de la importancia del portero.
Durante el Renacimiento, parece ser, que Jano gozó de gran popularidad entre los alquimistas, por aquello del andrógino...
Habría que mirar bien el Cartari. Me pongo a ello.
¡Uala! ¡Visitante de excepción! Gracias por pasarte ^^.
La verdad es que no me extraña nada que durante el Renacimiento la imagen diera de qué hablar. De un con dos rostros, al andrógino divino hay un paso. Aunque es curioso que originalmente no mezclara dos esencias tan diferentes.
Te seguiré leyendo por si descubres algo, que siempre es un gustazo.
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